Las diferentes mitologías nos han contado infinidad de historias que involucran a híbridos entre humanos y animales. Con el paso del tiempo, los artistas se han tomado varias libertades a la hora de interpretar la forma de estas criaturas, pero Kate Clark decidió invertir un poco la fórmula, de modo tal que todos los animales con los que ha trabajado poseen rostros humanos. El resultado es una extraña y perturbadora fusión entre hombre y animal que por algún motivo es casi imposible dejar de mirar.
Creo que podemos decir con cierta seguridad que las criaturas híbridas atraviesan uno de sus momentos de mayor popularidad, cortesía de la película «The Shape of Water» que promete no dejar títere con cabeza en la ceremonia de los Oscars el próximo domingo. Sin embargo, esa película ofrece una visión romántica y optimista. El trabajo de la artista Kate Clark presiona otros botones, que no son necesariamente compatibles con su descripción oficial. Clark presenta a los rostros humanos en sus obras como «calmos, dignos y majestuosos», que a su vez destacan «la herencia animalista de la condición humana». Si bien reconozco la habilidad de Clark para crear rostros humanos con piel animal, me temo que no coincido con su punto de vista, y no me gustaría encontrar algo así en una habitación oscura…