Al participar de redes sociales, nuestras acciones tienen una repercusión emocional en quienes son testigos de nuestras publicaciones y comentarios. Estas emociones a veces son transmitidas por nosotros mismos, y según un estudio reciente, éstas influyen de diferente manera sobre quienes nos perciben, que al final terminan reproduciendo la misma emoción. En este artículo, las emociones más influyentes en las redes sociales.
Sea un comentario en Facebook, una publicación en un blog o un simple tweet, nuestras emociones están vertidas en lo que compartimos y por eso tienen repercusión en quien las percibe. Cuando esto pasa, hay ciertas características de las relaciones sociales que salen a flote, como que la gente similar tiende a atraerse entre sí. Entonces, si mezclamos las dos premisas, parecería que las similitudes emocionales y de personalidad –entre otras-, son las que causan que las personas se comporten de la misma manera mientras están en línea. ¿Es esto así? La respuesta que han dado Rui Fan y sus compañeros de la Universidad Beihang en China es que algunas emociones son más influyentes que otras.
Para esbozar dicha hipótesis, los científicos han comparado la forma en que los tweets etiquetados con emociones específicas influyen sobre otras personas en la red. El estudio tomó seis meses y se desarrolló durante 2010. En ese año, el equipo recolectó más de 70 millones de tweets de más de 200.000 usuarios y construyó una red social en la que los usuarios estaban relacionados entre sí dada su interacción mutua a través del envío de mensajes entre sí o a través del retweet de los mensajes del otro. Las personas que fueron estudiadas eran las que tenían más de 30 interacciones o más con otras durante este periodo. Lo impresionante es que esos 70 millones de tweets fueron analizados y categorizados en 4 categorías, según la emoción que representaba cada uno para los científicos. Dividos en tweets que expresaban alegría, tristeza, disgusto e ira o enojo.
Luego del trabajo arduo en recolección de datos, pusieron a trabajar la red social y a tomar más información de las interacciones. Entre las preguntas que se hacían estaba la de qué oportuinidades tendría un mensaje de, por ejemplo, tristeza, de transmitirse y reproducirse entre quienes interactuaran entre sí. Es decir, cuál era el nivel de influencia de determinadas emociones. El resultado mostró que cuando un usuario twitteaba algo catalogado dentro de las categorías de tristeza o disgusto, la probabilidad de que quien lo leyera twittease con la misma emoción eran muy bajas. En quienes twitteaban mensajes alegres, la tasa de influencia y reproducción era más alta. Pero mucho más alta todavía terminó siendo la de los tweets sobre ira o enojo. Así, el enojo parece tener mayor propagación en las redes sociales.
Como dijeron los científicos, la moraleja de la historia es que cuando se trata de difusión de información, la ira es más influyente que otras emociones. A estar atentos.