El mundo de la industria musical accede al último nivel de beligerancia y se atreve a dictarle órdenes al mismísimo Google. Acaban de enviar una carta al gran buscador para que elimine de su sistema todos los enlaces P2P o relacionados con descargas directas. Estamos a la espera de contestación por parte de la compañía de Mountain View pero, por ahora, parece que los enlaces siguen exactamente en el mismo lugar que antes de recibir la misiva.Al mismo tiempo, el gobierno de EEUU asegura que descargar es lo mismo que robar y se propone cerrar páginas de enlaces en todo el planeta.
Algunas voces echaban en cara a la industria cultural que sólo se atrevían con los más débiles y que nunca se metían con empresas del tamaño de Google o Microsoft. Pues bien, la Brittish Recorded Music Industry (BPI) acaba de romper ese techo de cristal que mantenía a las organizaciones de la industria del entretenimiento lejos de los grandes monstruos de la era de la información. En el pasado hubo tímidos conatos por parte de algunas discográficas que acusaban a Google de cómplices de la piratería. Incluso el sello discográfico Blue Destiny Records intentó la vía judicial pero desistió en cuanto vieron lo absurdo de su demanda. Sin embargo, la industria discográfica de Reino Unido toma aire y arremete con más fuerza que nunca contra la puerta blindada de la gran G.
La forma de atacar a Google se ha materializado en una carta enviada a sus dependencias donde se le exige de modo imperativo que deje de indexar enlaces entre sus resultados que contengan redirecciones a contenidos protegidos por derechos de autor. Más concretamente, esta agrupación que reúne a 300 compañías(como Sony o Universal), reclama que sean borrados todos los enlaces que hagan referencia a descargas ilegales de sus contratados. Detalla en la carta algunos ejemplos de artistas en su nómina que no deberían mostrarse en los resultados del buscador, como por ejemplo, Lady Gaga, Cristina Aguilera o Michael Bublé. Aparte de los enlaces P2P también apunta a todos aquellos que provengan de servidores de descarga directa, como megaupload, mediafire, hotfile o 4shared.
La respuesta de los directivos de Google aún no se ha hecho oficial pero, sabiendo que ofrecer enlaces de descarga no es ilegal en la mayor parte del mundo, no pensamos que este ataque por parte de la industria discográfica vaya a tener ningún tipo de repercusión en las actividades del buscador. De todos modos, ya advirtieron recientemente en un debate que mantuvieron con los libreros que ellos no almacenan contenidos, que sólo son un buscador. Y con ese argumento no necesitan más justificación.
Pero los ataques no van sólo para Google. El mismísimo vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha declarado la guerra a nivel mundial a las descargas de archivos protegidos. En unas incendiarias declaraciones, el mandatario amenaza con que Estados Unidos perseguirá las páginas Web extranjeras que en las que se pirateé música o cine estadounidense, dentro de una nueva estrategia nacional para reducir el robo de propiedad intelectual. "Esto es robo claro y simple (y tiene que castigarse)", aseveró Biden en un acto junto con el fiscal general Eric Holder, la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y otros funcionarios, para tratar cómo aplicar la nueva estrategia para reducir la piratería.
"No es diferente de un tipo andando por la Quinta Avenida y rompiendo el escaparate de Tiffany’s y estirando la mano y cogiendo lo que hay en el escaparate", sostuvo Biden, haciendo referencia a una famosa joyería de Nueva York. Biden aseguró que su país emprenderá acciones de presión contra los países que mantengan páginas con descargas masivas de productos americanos y tratarán de cerrarlas a cualquier precio. La larga mano de Estados Unidos pretende llegar hasta China, Rusia y otros países donde la piratería se ceba con sus contenidos patrios.
Quizá pecan de cierta soberbia, porque prohibir las páginas de enlaces en países donde no son ilegales les va a costar bastante esfuerzo de convicción frente a los gobiernos. No nos imaginamos a China o a Rusia cediendo mansamente ante sus ancestrales enemigos y mucho menos países latinoamericanos como México, Argentina, Colombia o Venezuela. En estos últimos los gobiernos mantienen una cierta permisividad con las descargas y no van a tolerar las injerencias de una potencia exterior sobre sus políticas internas.
¿Se imaginan al gobierno de Argentina mandando cerrar Taringa por orden de los estadounidenses? ¿Qué sería lo próximo, exigir a Maradona que pierda el mundial en favor de la selección norteamericana?