En el último tiempo han abundado los pronósticos de muerte para varios formatos. Se considera que el CD ha pasado a mejor vida en manos del MP3, que el DVD tiene sus días contados (y que HD-DVD ha perdido contra Blu-ray) y hasta los ordenadores tienen sentencias en su contra. Ahora son las consolas las que se enfrentan a un destino incierto. ¿Es posible que desaparezcan de aquí a 10 años?
Duncan habla de otra limitación en el crecimiento del mercado y es la falta de nuevos talentos. Cree que el próximo Miyamoto o Molyneux está ahí fuera, pero que los elevados costos lo mantienen en las sombras. Los sitios con desarrollos Flash como Miniclip o las oportunidades de Silverlight parecen ser el nodo que despertará innovación y mentes visionarias. Por eso Duncan considera que la próxima generación de juegos estará en la creatividad y no en programación elaborada; en interacción entre usuarios y dispositivos y no en una consola y un juego que lleve horas entender y disfrutar.
Aunque la opinión de Duncan tiene su base real y su lógica, hay muchos que consideran que varios de los representantes de negocios propagan estas sentencias de muerte como estrategia de marketing para sus propios productos (como promover el uso de Yoyo Games en el caso de Duncan). Pronosticar la obsolencia de productos en uso puede generar un alza en el mercado de nuevas ideas. Y si bien hay quienes están de acuerdo con la desaparición de varios formatos, son una minoría. Es cierto que la convergencia se está haciendo notar y que empiezan a multiplicarse los servicios virtuales y el uso de la TV para cosas que antes se hacían en el ordenador o en consolas. Sin embargo, la industria de los juegos todavía tiene más seguidores hardcore que jugadores casuales. Mientras un ordenador capaz de jugar Crysis está por encima de la economía de un usuario estándar, un juego como el Bejewled es divertido para un esparcimiento ocasional pero no para satisfacer el gamer que ha crecido con la industria. El jugón quiere innovación, es cierto, pero también espera que la tecnología agregue nuevas experiencias y mayor calidad a sus juegos, en vez de adaptarla a formatos prácticos y fugaces por banda ancha.