El concepto de la “casa grande” ha sido transmitido por generaciones como una especie de símbolo definitivo de éxito y estabilidad. Sin embargo, el Siglo XXI está dando paso a una nueva visión en la que el exceso de espacio es negativo, y atenta contra la eficiencia y el bienestar. Alrededor del globo, la mezcla de ingenio y habilidad ha ayudado a crear algunas de las casas más pequeñas del mundo, en las que sus habitantes están mucho más cómodos de lo que aparentan.
¿Cuántas veces nos hemos quejado de todas las cosas que compramos y que terminan ocupando espacio en algún rincón? ¿Cuántas veces se nos cruza por la cabeza la idea de “hacer un poco de limpieza”, y recuperar un poco de ese espacio? Desde cierto punto de vista, el problema no está en las cosas que tenemos, ni en el espacio: El problema somos nosotros. No logramos ser eficientes con lo que tenemos, y el caos tarda pocos segundos en instalarse. En más de una ocasión escuché la frase: “El espacio es un lujo”. Ahora… ¿el espacio “es” realmente un lujo? Mucha gente cree que la respuesta es no. El espacio no es más que un recurso, y las necesidades individuales pueden adaptarse a él.
Así es como nos encontramos con algunas de las casas más pequeñas del mundo. Desde un apartamento de 24 metros cuadrados en Barcelona hasta un estudio de 3,6 por 2 metros en el corazón de Manhattan, los excéntricos proyectos de diseñadores y arquitectos se cruzan con personas que necesitan recortar bordes y ahorrar un billete a cada paso. Una excelente recopilación de estas casas aparece en el canal de Kirsten Dirksen en YouTube (enlace más abajo), además de su excelente documental “We the Tiny House People”, en el que visita los más inusuales hogares a ambos lados del Atlántico.
Es cierto, varios de los proyectos son tan costosos que probablemente sea más sencillo adquirir una casa nueva, pero hay muchos casos en los que una casa pequeña y algunas ideas para reformarla y reciclarla terminan creando una alternativa muy económica. Mis conocimientos sobre inmuebles son limitados, sin embargo, sé que puede llegar a ser extremadamente costoso adquirir una propiedad en ciertas ciudades, todo porque se han instalado ciertas “costumbres” en cuanto al espacio que necesitamos, cuando en la práctica, la historia es diferente. Por lo que veo, no es solamente una “moda”. Las casas pequeñas se están convirtiendo en un estilo de vida, y aunque no van a provocar que salgamos corriendo a adoptarlo, no deja de tener cierto atractivo.