La nutrida cantidad de filtraciones de espías arrepentidos o distraídos de los EEUU es un reflejo de lo rica que es su actividad en el espionaje militar y civil. Desde el 9 de junio, la exposición que tuvo el programa PRISM de la NSA, con el cual los Estados Unidos espía a sus ciudadanos y al mundo entero a través de la interceptación y grabación de llamadas telefónicas e interacciones virtuales tuvo una fuente en particular. Experto en seguridad informática y ex agente de la CIA de 29 años, el hombre que ha destapado el secreto másobvio de los EEUU se ha convertido en un referente de la lucha por la conservación de la privacidad. Con ustedes, las aventuras de Edward Snowden. Todo iba como se esperaba. Era Mayo de 2013 y con sus 29 años (ya cumplió 30), Edward Snowden era un consultor externo de seguridad informática en la NSA de Hawaii, percibiendo salarios de casi medio millón de dólares anuales y viviendo la vida linda junto a su novia. De apasionada atención a su ordenador, su pasado reciente lo mostraba ante sus superiores como ex agente de la CIA con un tipo de actividad bastante importante en el exterior, administrando la seguridad informática de las distintas misiones diplomáticas. Vivió en Suiza, Japón, Hong Kong y muchos otros destinos, siempre en el marco de su carrera como agente. El día 20 del susodicho mes, Snowden volaba a Hong Kong luego de un pedido de licencia a su contratista para tratar una epilepsia que lo aquejaba. Desde allí, en una habitación del hotel The Mira, le mostraría al mundo que el rey está desnudo. Las sospechas de vigilancia las tenemos desde los comienzos. Esos ojos que pesan sobre nuestras nucas se sienten desde antes de que el poder gubernamental y los medios de comunicación pudieran ser siquiera pensados. Miles de años después, en plena era de la comunicación y de la difusión viral de teorías conspirativas, opiniones y verdades virtuales, la relación establecida entre el poder y los ciudadanos está parcialmente mediada por la información que manejan unos de otros. Por lo tanto, ante la hegemonía legal que tiene Estados Unidos sobre internet y la propiedad material e intelectual sobre el entretenimiento masivo de exportación instantánea, más sus delirios de superhéroe mundial y agente moral del mundo para cuyo rol nadie lo contrató, el espionaje de la población ya se daba por hecho. En internet esto se ha convertido en una realidad que se asume como inevitable y una batalla perdida, por lo que el efecto que se desato cuando el Guardian y el Washington Post publicaron la información que les había otorgado un informante para el desvelamiento formal del “estado de vigilancia” bajo el cual vivimos por culpa del programa de espionaje civil de PRISM de la NSA, bajo las órdenes del gobierno estadounidense. El 9 de junio, Edward Snowden se reveló como la fuente de esos datos aportados por los dos periódicos. Internet y sus consumidores se hicieron eco de las declaraciones de Snowden, que decía que no podía “permitir al gobierno de EEUU destruir la privacidad, la libertad en internet y las libertades básicas de la gente de todo el mundo con esta gigantesca máquina de vigilancia que están construyendo en secreto”.
La persecución y los amigos estratégicos
Con el revuelo sobre las primeras planas de todo el mundo, el gobierno de los Estados Unidos le puso precio a la cabeza de Snowden y lo comenzaron a buscar para juzgarlo por el robo de propiedad gubernamental y comunicación no autorizad con información relacionada con la defensa nacional, entre otros cargos que remiten a su ex posición en la CIA, a su compromiso como ex militar y otras agravantes circunstanciales por el peso mismo de la información. La traducción es una casi perpetua en las cárceles norteamericanas. Esto ha provocado que Snowden busque escaparle a la extradición buscando asilo en países que tienen pocas migas con los EEUU. El primero fue China, que lo dejó salir de su aeropuerto de Hong Kong hacia Moscú (donde ahora se sospecha que se encuentra demorado en un aeropuerto de Moscú), y que a través de su plana mayor de representantes tuvo entredichos con sus pares de EEUU, ya que los acusó de hipócritas por hablar mal de la guerra cibernética pero tener en pie un programa de espionaje mundial en el que participan los principales servicios de internet del mundo junto a la CIA y otras agencias de inteligencia. Moscú se negó a extraditarlo pero tampoco le ofrece un asilo en condiciones, así que el pedido de asilo se ha dirigido a Ecuador, donde se encuentra asilado el director de Wikileaks, Julian Assange, con pedido de extradición por la justicia europea y norteamericana por un cargo de delito sexual con mucho olor a invento. En los últimos días, Venezuela, a través de su presidente recientemente electo, Nicolás Maduro, ha manifestado su predisposición a dar asilo a Snowden, en primera instancia como acción humanitaria ante alguien que es perseguido y que “es un muchacho que no ha puesto bombas ni ha matado a nadie”.
La Casa Blanca en vilo
Mientras que un preocupado pero sensato Obama ha declarado “No voy a movilizar aviones de combate (drones) para capturar a un hacker de 29 años”, Snowden despierta todo tipo de opiniones acerca de lo que hizo y lo que mostró al mundo. Estados Unidos está preocupado porque si no lo atrapan, Snowden podría revelar más de la información que dice contener, pero además podría incentivar con su ejemplo a que más agentes deserten y revelen datos recolectados en los últimos años bajo la tutela legal que daba “la guerra al terrorismo”. Recordemos que la Casa Blanca tiene copias de todos los correos enviados durante dos años y se ha demostrado recientemente que puede monitorear en tiempo real (así que mientras escribo esto les digo, Hi, guys!), por lo que hay mucho más escondido que provoca terror para el gobierno por lo valiosa que es la información secreta. Con la exposición de los programas locales e internacionales de vigilancia telefónica y de Internet de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, Snowden se resiste a volver a su país, por más que su padre ha declarado que su hijo no tendría problemas en volver si es que le respetan algunas condiciones, como que no será detenido antes de ser juzgado y otras demandas que no trascendieron con claridad.
La garantía de vida de Snowden: la encriptación
Edward Snowden aparentemente ha distribuido entre varias personas una copia cifrada de al menos “miles” de documentos que ha robado de la Agencia de Seguridad Nacional. La información proviene de Glenn Greenwald, el reportero de The Guardian que publicó primero las fugas de Snowden y uno de los principales protagonistas de la historia informativa de este caso. Como su situación legal es sensible y como el gobierno de los Estados Unidos cree activamente que Snowden contiene información que podría ser muy dañina para su país si se diera a conocer, la seguridad del informador pende de un hilo. Para esto ha tomado la resolución de distribuir su información. La forma parece ser la encriptación privada, para la cual varios usuarios tendrían parte de una llave que en caso de que le suceda algo a Snowden, deberían poder combinar y acceder a más archivos del ex agente de la CIA. Greenwald agregó que las personas en posesión de estos archivos “no pueden acceder a ellos, ya que están altamente encriptados y no tienen las contraseñas.” Sus abogados y representantes de todo tipo hablan sobre la verdadera intención de Snowden -hoy convertido en traidor a la patria por la justicia y gobierno Estados Unidos-, ya que éste no quería dañar al gobierno, y mucho menos al país. Simplemente quería dar a conocer esto, según continúa Greenwald, a quien le han robado en Hong Kong el ordenador que contenía algunos documentos extra que todavía no pensaba publicar. ¿Casualidad?
El papel de Wikileaks
Además de la actividad de Julian Assange, el islandés Kristinn Hrafnsson, portavoz de Wikileaks, la plataforma a través de la cual se han conocido los trapitos sucios de todos los países del mundo, especialmente de Estados Unidos, ha dicho que la ayuda a Snowden es algo natural, pues en Wikileaks reconocen la importancia que tienen los informadores para el mundo. No sólo es pública y comunicacional la ayuda, sino también legal ya que le ofrecieron a sus abogados. Se supo también que Wikileaks fue el eje de actividad que comunicó a Snowden con los países que le ofrecieron o escucharon su necesidad de asilo político. Wikileaks no viene pasando buenos momentos, especialmente por el bloqueo que le han hecho los bancos internacionales y por las cuales no puede acceder al dinero de las donaciones que efectúan sus colaboradores y seguidores.
El vacío asiento 17A de Aeroflot
Justamente, Wikileaks le pagó un vuelo que lo tenía que llevar de Moscú a Ecuador, pasando por Cuba y Venezuela. Lo acompañaría Sarah Harrison, colaboradora de Julian Assange, pero el asiento 17A de Snowden en el avión de Aeroflot tuvo que viajar vacío. Al parecer, Snowden no pudo abordar porque su pasaporte estaba invalidado desde la Casa Blanca. El futuro de Snowden está en vilo, pues no puede salir del área de tránsito de Rusia por la falta de Visa y pasaporte. Tampoco puede llegar a la embajada de Ecuador en Moscú y Putín le dijo a EEUU que no lo entregará porque éste no ha cometido ningún crimen a considerar por las leyes rusas.
El héroe impensado
El caso ha dado la vuelta al mundo porque mientras que Edward Snowden es el perseguido legalmente, el mundo y todos sus habitantes son los vigilados. La repercusión ha hecho que muchas organizaciones de defensa de derechos del consumidor, de derechos humanos, de preservación de la libertad, acceso y privacidad sumadas a partidos políticos, organizaciones civiles y muchas más se hagan eco del accionar de este arrepentido agente de la CIA y lo eleven a la categoría de héroe; un héroe impensado, un héroe que ya tiene hasta un videojuego, un héroe que necesita que lo repliquen, un héroe que dejó de lado su vida personal, su tranquilidad, su libertad, sus beneficios y su propia privacidad para que el mundo entero pelease por la suya. Un héroe que sin apoyo y resguardo podría convertirse en mártir.