Si el dinero no fuera una limitación, ¿qué harías? ¿Qué cambiarías? ¿Cómo te comportarías? Imagino que las respuestas a estas preguntas dependen del método aplicado para obtener ese dinero en primer lugar, y si nos detenemos en el caso específico de las mafias rusas, una de las formas más efectivas de saber cómo viven es, bueno… saber cómo mueren. ¿Qué encontramos en el camino? Una serie de lápidas enormes, retratos de cuerpo completo, coches, joyas, banquetes y botellas de vino que envían un mensaje bastante claro: El lujo como forma de vida, aún en la muerte.
Una vez que la Unión Soviética cayó y el cambio de gobierno se hizo efectivo, los jefes de la mafia rusa multiplicaron sus riquezas, y con eso obviamente surgieron nuevos conflictos. Aquellos con una mayor capacidad de negociación y persuasión lograron salir (más o menos) bien parados, mientras que otros adelantaron su cita con el infinito. Algunos cementerios poseen secciones especiales para estos jefes, sus familiares directos, y todos aquellos a los que consideraban familia.
Y créeme que lo hacen saber. Las lápidas de la mafia rusa son enormes, extravagantes, exageradas, y en más de una ocasión rozan el mal gusto. La mayoría se reduce a retratos de cuerpo completo (tallados, dibujados, o copiados de una fotografía), siempre en poses «duras», o relajados. Los coches, la comida y el vino son otros temas recurrentes, y por supuesto, la cruz de la Iglesia Ortodoxa Rusa está en todas partes…
Fuente: The Guardian
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