La idea de que un supercoche sea eficiente parece una contradicción. Después de todo, sus compradores quieren sentir poder al volante, y no calcular emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, las grandes compañías del mercado reconocen a regañadientes la necesidad de encontrar un término medio, y en el caso de Lamborghini, ese término medio llega gracias a su flamante Asterion LPI-910, con diseño híbrido.
Hay muchas cosas que pueden ser criticadas de la industria automotriz. Es tradicionalista hasta el aburrimiento, y su poder siempre se concentra sobre los mismos nombres, pero tarde o temprano entiende que la única manera de sobrevivir es adaptándose a las necesidades actuales. En general, el combustible se está volviendo cada vez más caro, y la producción de energía eléctrica no cesa su avance sobre las fuentes renovables. En otras palabras, las dos razones principales para poseer un coche eléctrico se potencian entre sí. Tesla básicamente ha iniciado una revolución con sus productos, y las marcas europeas no se están quedando atrás. Incluso los nombres de lujo se encuentran en una posición que no les permite desviar la mirada. Para algunas compañías, el proceso de adaptación es más complicado. Hace un tiempo hablamos sobre la posibilidad de un Rolls-Royce eléctrico, pero ya se ha confirmado que no habrá un modelo disponible en el futuro cercano. Ferrari ha expresado en varias ocasiones su resistencia a desarrollar coches eléctricos, aunque no estamos seguros de cuánto tiempo va a poder durar eso. Y finalmente, nos cruzamos con Lamborghini, o mejor dicho, con el Lamborghini Asterion.
Las mentes maestras de Lamborghini presentaron al Asterion el martes pasado, durante el Paris Motor Show. A nivel estético, el Asterion es definitivamente atractivo, y la elección del azul resulta muy acertada en este caso. Si estudiamos sus números, el Asterion tiene de sobra: Motor V10, 897 caballos, 0 a 100 en tres segundos, y una velocidad máxima de 320 kilómetros por hora. Aún así, la eficiencia del Asterion se ubica arriba de los 24 kilómetros por litro. ¿Cómo logra esto? Gracias a la intervención de su motor eléctrico integrado. El máximo de 897 caballos suma a los 602 caballos del V10, y el adicional de 295 que provee el motor eléctrico. Si el conductor decide desplazarse en el Asterion en modo eléctrico, su velocidad máxima será de 125 kilómetros por hora, y la carga del pack de litio alcanza para cubrir una distancia de 50 kilómetros.
Si bien fue presentado en el show como un concepto, la idea es que el diseño híbrido del Lamborghini Asterion esté disponible en el mercado, escapando a la fase de prototipos. Al mismo tiempo, no hay ni un solo indicio sobre su valor. Es cierto que a Lamborghini nunca le ha temblado el pulso a la hora de asignar precios a sus productos, y obviamente sus potenciales compradores no tienen problemas de dinero. La relación entre el Lamborghini Asterion (o cual sea el modelo final) y el mercado de lujo será muy interesante de observar. Podría definir el futuro de los híbridos de alta gama, para bien o para mal.