Hay una joven muchacha con voz dulce y carismática, que está llamando personas al azar para ofrecerles un mejor seguro médico. Nadie sabe nada sobre ella, excepto que se hace llamar Samantha West y se ríe incómodamente cuando se le pregunta algo fuera de lugar. Pero hay una trampa: esta joven no es real.
Como reportamos días atrás, periodistas del Times y personalidades de Youtube, extrañados por este misterioso ser llamado Samantha West, comenzaron a llamarla y grabaron las conversaciones. “¿Eres un robot?” le preguntaron exhaustivamente. “Soy una persona real, quizás hay algún problema de recepción”, respondía la voz femenina, e inmediatamente comenzaba a vender beneficios para seguros médicos. “Tan solo di ‘no soy un robot'”, continuó el periodista. “Hay una persona real aquí”. ¡Y es ahí cuando todo tiene sentido, donde el misterio queda resuelto! Sí que había una persona real.
Resulta que Samantha West no es un robot propiamente dicho, sino una serie de grabaciones controladas por un ser humano. Cuando dice que hay una persona real del otro lado, es porque de verdad la hay. ¿Qué beneficio tendría este método si no reemplaza la mano de obra humana en su totalidad? Ayudar a vendedores por teléfono con acentos extranjeros a comunicarse mejor con la población estadounidense. Una simpática muchacha con acento californiano, que modula perfectamente, es mucho más efectiva para realizar ventas en Estados Unidos que personas de otras nacionalidades.
Según John Rasman, responsable de Premier Health, la empresa que le dio vida a Samantha, “simplemente estamos contactando a la gente de manera no convencional”. La realidad es que las personas que trabajan en televentas están estrictamente limitados a respuestas pre-establecidas en su entrenamiento, y se manejan con guiones. ¿Qué diferencia hay entre esto y un empleado refugiando su voz con diálogo pre-grabado? ¡Misterio resuelto!
Un poco de historia sobre los bots
El uso de software programado para imitar o reemplazar un ser humano no es nada nuevo en internet. Son muy comunes en los programas de chat e incluso son utilizados para engañar a las personas (haciéndose pasar por mujeres en búsqueda de pareja, por ejemplo). Muchas veces recolectan datos maliciosamente o infectan con virus y worms. Bien utilizados, los bots (que son mayoría) pueden brindar información útil de manera instantánea, por ejemplo, dándonos la temperatura, consultando un código de área o simplemente dándonos información de cultura general. Incluso se utilizan bots para comprar los mejores asientos en algún espectáculo, por ejemplo, para luego revenderlos. Ingenioso, ¿no?