Una rápida visita al portal kernel.org confirma que el build mainline más nuevo del kernel Linux se ubica en la versión 5.8, mientras que el número estable es 5.7.8. Cualquiera puede experimentar con ambos e incluso instalarlos en sus distros favoritas, pero hoy tenemos un caso extremo: Ejecutar el kernel Linux más reciente en un 486. Como si eso fuera poco, el hardware presenta desafíos adicionales, por lo que la única forma de cargar dicho kernel, es con un diskette…
Diskettes, discos floppy, enviados del infierno. Trabajamos con ellos durante años, y tenemos varios buenos recuerdos, pero no lo pensamos dos veces al momento de reemplazarlos. Sectores dañados, errores de CRC, copias arruinadas, alto costo (los diskettes eran más caros de lo que recordamos) y la caída en la calidad general de su fabricación nos empujaron rápidamente a tecnologías superiores como el pendrive. Sin embargo, la demanda de diskettes no desapareció por completo, y todavía hay compañías dedicadas a su recuperación y reacondicionamiento.
Tampoco debemos olvidar al espacio retro. Si te encuentras trabajando con un sistema 486 o anterior, lo más probable es que necesites un diskette o dos para realizar tareas esenciales. Y con eso en mente llegamos a FozzTexx del portal Insentricity. Un par de semanas atrás, FozzTexx adquirió un ordenador 486 en eBay con algunos detalles técnicos (la fuente de alimentación no funcionaba, y no inicia desde cold boot), cuatro tarjetas conectadas (vídeo, SoundBlaster, módem y Multi IDE), y unos nada despreciables 36 megabytes de RAM, que a mediados de los ’90 eran equivalentes en precio al PBI de un país pequeño.
El objetivo de FozzTexx con ese 486 era instalar la distro Linux más reciente a su alcance en un disco duro «grande» (o sea, por arriba de 8 GB), y ahí comenzaron los problemas. El BIOS es antediluviano, activar LBA causa un cuelgue automático, el FDISK de Windows 98 no detecta más de 504 MB, FreeDOS ignoró al disco por completo y una tarjeta de red con XTIDE se comportó del mismo modo… pero necesitaba ver cómo Linux interpretaría al disco, y así llgó a la conclusión de iniciar al último kernel Linux desde un floppy.
Más fácil decir que hacer en este caso, pero el kernel Linux cuenta con un modo tinyconfig, lo suficientemente pequeño como para guardarlo en un diskette. Luego tomó el rootfs del proyecto abandonado Aboriginal Linux, y el resultado es lo que se observa en el vídeo: El kernel Linux 5.8.0-RC2+ en un 486 DX2 a 66 MHz y 36 MB de RAM, cargando desde un diskette en poco más de un minuto. ¿Te gustaría intentar algo parecido? Las instrucción se encuentran en el enlace más abajo.
Sitio oficial: Haz clic aquí
Todo el que leyó este post (y me incluyo),es neeeeeerd… Jejejej