La máquina de escribir Sholes and Glidden llegó al mercado entre 1873 y 1874. También conocida bajo el nombre «Remington N. 1», fue la primera en alcanzar el éxito comercial, pero al mismo tiempo sirvió como plataforma de lanzamiento para el formato QWERTY. Sin embargo, aquella versión original presenta varias diferencias en comparación con los teclados modernos. Por un lado, los símbolos especiales brillan por su ausencia, y por el otro… hay una tecla extra: Tres puntos verticales, junto a la tecla «A». ¿Por qué estaban esos puntos ahí?
Algunos símbolos son particularmente complicados de reproducir en un teclado tradicional. El recurso principal para resolver dicho inconveniente es el Mapa de Caracteres, que por suerte no se ha ido a ninguna parte (a Windows 10 y 11 les encanta recortar funciones «antiguas»), y registra un número extraordinario de símbolos, varios de ellos muy oscuros. Por supuesto, los caracteres extraños e inusuales preceden a los ordenadores, y hay ejemplos que se remontan al nacimiento del formato QWERTY.
Eso nos lleva a la máquina de escribir Sholes and Glidden. Revolucionaria para la época, nadie pone eso en duda. Pero al tratarse de un «producto de primera generación», lo cierto es que arrastraba ciertas limitaciones. En primer lugar, era una «máquina ciega», o sea que el usuario no podía ver lo que escribía en el papel. Después, su diseño estaba limitado a letras mayúsculas, un detalle que aún en aquel entonces transmitía LA IDEA DE ALGUIEN GRITANDO. Y finalmente, la máquina no poseía caracteres especiales como paréntesis o corchetes. Sin embargo… la máquina tenía esta tecla:
Su dibujo no deja lugar a confusiones: Tres puntos verticales. En la actualidad es posible localizar a ese símbolo gracias a la fuente Segoe UI Symbol, en tres variantes: Tres puntos «U+205D», Elipsis vertical «U+22EE», y Operador de tres puntos «U+2AF6» (técnicamente existe un cuarto código, «U+FE19»). Ahora, la pregunta es: ¿Por qué lo escogieron? Ante semejante déficit de símbolos en el modelo original, no es difícil imaginar opciones más útiles. Eso fue exactamente lo que sucedió con la versión británica de la máquina de escribir, que colocó en ese lugar al símbolo de la libra esterlina.
Este cambio, y una vieja carta de Mark Twain a su hermano Orion (con varios caracteres escritos por su hija a modo de diversión) confirman que el rol de la tecla no era mecánico (ya sea adelantar el papel o modificar la posición del «cursor»). Un artículo japonés llamado «En la Prehistoria del QWERTY» sugiere que los tres puntos eran utilizados como «separadores de párrafos» para evitar errores de transcripción entre los operadores de telégrafos al momento de recibir mensajes. Otras fuentes indican que se trataba de un solidus para la identificación de chelines, lo cual no tiene mucho sentido en una máquina destinada al mercado estadounidense.
Pero una de las hipótesis más interesantes nos traslada al curioso mundo de las bibliografías. En el siglo XIX, los títulos de algunos libros eran muy largos, y las barras verticales (|) se aplicaban con frecuencia para identificar la separación de renglones, o comprimir poemas en un párrafo continuo. Los tres puntos verticales simplemente marcarían una serie alternativa de pausas para los renglones. La publicación «A Century of Printing / The Issues of the Press in Pennsylvania 1685-1784» del año 1886 posee ejemplos que apuntan en esa dirección.
Entonces, ¿por qué no colocar una barra vertical normal en la máquina? El punto es que ya existía. La «I» latina mayúscula se encargaba de ese trabajo «y» de representar al número 1 en la máquina de escribir. Añadir otra tecla más para hacer lo mismo sería absurdo, por lo tanto, Sholes y compañía optaron por una versión diferente. El problema es que esa hipótesis no termina de justificar la presencia individual de la tecla. Su uso sería demasiado limitado y oscuro.
Obviamente, la investigación de los entusiastas no termina allí, y con cada nueva fuente surge un poco de información extra. En lo personal, creo que la publicación de Eric Fischer basada en un suplemento del Scientific American del año 1887 es la correcta: Los tres puntos verticales servían de «comodines» para representar paréntesis, corchetes, y otros símbolos similares ausentes en la máquina de escribir. Vamos a pensarlo: Un usuario necesita escribir el número 160 entre paréntesis (que no tiene). Con la «I como 1», eso quedaría en I60, pero si aplicara líneas verticales a modo de paréntesis, se transformaría en II60I. En cambio, con los tres puntos verticales, sería ⁝I60⁝, entregando una referencia visual más clara.
De un modo u otro, los tres puntos verticales desaparecieron con el debut de la Remington N. 2 (una actualización muy superior a su predecesora), y hoy son poco más que una rareza Unicode.
(De nuestros archivos, publicada en novimebre de 2019, con algunos ajustes en el formato. ¡Disfruta!)
Fuente: Sentence Spacing