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La sombra de un átomo (Fotografía)

Es definitivamente el límite, al menos para lo que consideramos como luz visible. Un equpo de investigación de la Universidad Griffith en Brisbane ha llevado a cabo lo que probablemente sea el logro más importante en la historia de la microscopía: Obtener una fotografía de la sombra de un átomo. Se trata de un esfuerzo que demandó media década de trabajo, y tiene el potencial de generar beneficios para diferentes campos, incluyendo el de la computación cuántica.

En los primeros días del mes de enero mencionamos que IBM logró guardar un bit utilizando apenas doce átomos. Las condiciones eran ciertamente extremas y todavía se necesitan de varios años de desarrollo para alcanzar una solución práctica, pero es otro indicio más de que la escala atómica nos es cada vez más familiar. Ahora, ¿qué tal suena tomar una fotografía a un átomo? Antes de que puedas procesar eso, otra pregunta: ¿Qué tal sería comprobar la cantidad mínima de átomos necesaria para generar una sombra? Un equipo de investigadores del Centro de Dinámica Cuántica perteneciente a la Universidad Griffith, se hizo esa misma pregunta hace algunos años. Y el resultado, es solamente uno.

El eje central de este descubrimiento es un microscopio de súper-alta resolución, tan avanzado que aparentemente no tiene un equivalente en todo el globo. Aunque parezca mentira, aislar y mantener en la misma posición al átomo no fue el desafío principal, ya que esa tecnología se encuentra disponible. El átomo escogido pertenece al elemento iterbio, siendo expuesto a una determinada frecuencia de luz. De esta manera, la sombra del átomo quedó sobre el detector, lo que permitió tomar la fotografía. El profesor Dave Kielpinski, una de las mentes maestras detrás de este proyecto, destacó el nivel de precisión extremo que se necesitó. Una variación de apenas una milmillonésima en la frecuencia de la luz reflejada sobre el átomo habría eliminado la posibilidad de obtener dicha imagen.

El doctor Erik Streed, el otro responsable directo de este proyecto, mencionó que experimentos de esta clase no sólo mejoran el entendimiento sobre la física atómica, sino que también pueden ayudar al desarrollo de la esperada computación cuántica. Otros beneficios están en la capacidad de determinar el máximo contraste posible de un microscopio, evitando así que materiales muy delicados (muestras de ADN serían un ejemplo) sean parcial o completamente dañadas debido a un exceso de luz. Se trata sin dudas de un “momento bisagra” para la microscopía, y si ya es posible observar la sombra de un átomo, no podemos evitar preguntarnos qué será lo próximo que podamos ver.

Escrito por Lisandro Pardo

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