A La Mona Lisa la vimos pintada, dibujada, cosida, holografiada y en todo tipo de formatos de representación que existen. También la vimos en cuadros, ropa interior o en la cara de la Luna, pero todavía no la habíamos visto a través de un microscopio. Utilizando un prototipo de tecnología que será muy útil para la nanotecnología que se viene, científicos desarrollaron la réplica microscópica de la Mona Lisa, con la mitad de espesor de un pelo humano.
No vamos a descubrir nada cuando hablemos de miniaturización, especialmente en lo que hace al arte, que se ha transformado en una disciplina que ya lleva milenios entre nosotros. Pero es muy diferente cuando hablamos de una miniaturización extrema, en la que pinturas de varios metros cuadrados pueden reproducirse en superficies que requieren no de lupas, sino de microscopios para apreciarlas. En la Universidad de Georgia Tech, un procedimiento inusual ha dado con la réplica más pequeña del cuadro más famoso de Leonardo Da Vinci, La Mona Lisa o La Gioconda. De tamaño microscópico, la réplica del cuadro más visitado, más estudiado, más popularmente conocido, más cantado y más parodiado de la historia, es más fina que un pelo.
Esta especie de Mini Lisa fue creada por un equipo de investigadores con base en Georgia Tech apelando a un proceso conocido como Nanolitografía termoquímica. Este procedimiento utiliza con un viga voladiza (candilever) caliente, que es un pequeño dispositivo que se puede aplicar calor con precisión sobre una superficie. Con esto, los investigadores indujeron reacciones químicas a base de calor sobre una superficie. Cuanto más calor aplicaban, más claro era el tono de gris de la imagen en una determinada zona. Así que con cada área actuando como el píxel en una imagen, los investigadores aplicaron diferentes cantidades de calor en diferentes lugares, hasta que crearon una versión en escala de grises de la famosa pintura de Leonardo da Vinci. El resultado fue una pintura de 30 micrones, lo que sería la mitad de un pelo humano en cuanto a espesor.
Con este experimento, los investigadores han demostrado que las reacciones químicas complejas se pueden aplicar a una escala microscópica, lo que podría tener implicaciones para la producción de dispositivos nanotecnológicos, que se espera sean fundamentales en la tecnología de la década 2020-2030. Resulta increíble cómo es que una imagen tan incorporada a nuestra cultura puede repetirse tanto y en medios tan extraños, como cuando la NASA envió a la Mona Lisa a la Luna utilizando lasers.