En estos momentos hay… cuatro pendrives sobre mi escritorio. Se han vuelto tan comunes y tan económicos, que esta situación se debe repetir diariamente para millones de usuarios. Ahora, ¿de dónde vienen? ¿Cómo nació el pendrive? ¿A quién se le ocurrió primero? Tal y como ha sucedido con otras piezas tecnológicas revolucionarias, el origen de los pendrives o memorias USB está repleto de discusiones, demandas, conflictos sobre patentes, ingenieros golpeándose en el pecho, y gigantes multinacionales.
El mundo informático recuerda muy bien que ingresamos al siglo XXI con unidades ópticas y disquetes de 3.5 pulgadas. Los discos Zip de Iomega fueron un verdadero desastre (lo dice alguien que sufrió sus «clics mortales» en carne propia), y a la hora de hacer respaldos, no teníamos otra opción más robusta que volcar nuestras vidas digitales a CDs, que debían ser tratados con mucho cariño. Sin embargo, lentamente comenzó a filtrarse en el mercado la llamada memoria USB, o como prefiero en lo personal, pendrive.
El primero que tuve era de 256 megabytes, y me lo enviaron de Suiza. Iba a los ciber cafés, y pensaban que era alguna clase de extraterrestre. «¡Esa cosa no puede guardar 170 disquetes!» era el típico reclamo, y una vez que veían la capacidad disponible, preguntaban dónde podían obtener uno. Hoy, esa pregunta es irrelevante. Compré un Kingston DTSE9 de 16 gigabytes por monedas, y por supuesto, hay modelos mucho más avanzados. ¿Pero cuál fue «el» primero?
¿Cuál fue la primera memoria USB de la historia?
Bueno… pregunta complicada si las hay. El malasio Pua Khein-Seng, uno de los fundadores de la compañía Phison, ha reclamado durante años el título de «padre del pendrive», y su trabajo sobre controladoras Flash USB le dan cierto crédito. Al rastrear patentes inevitablemente terminamos en US6148354A, presentada por Amir Ban, Dov Moran y Oron Ogdan de la «ex» M-Systems Flash Disk Pioneers. La patente fue entregada en abril de 1999, mientras que en septiembre de ese año, Shimon Shmueli de IBM divulgó su propio desarrollo, aunque no lo podemos llamar «patente». Shmueli insiste en que él es el verdadero inventor del pendrive, pero la historia no se termina ahí.
Trek Technology de Singapur y la china Netac Technology visitaron varias cortes tratando de validar y defender sus patentes, cruzando espadas con algunos nombres de muy alto nivel. Entonces, creo que sería más fácil descubrir la fusión en frío que identificar al verdadero inventor del pendrive, pero lo que sí sabemos, es quién llegó antes a las estanterías.
Precisamente fue Trek Technology con su ThumbDrive, en el año 2000. El dispositivo ofrecía ocho megabytes de pura gloria en estado sólido, y con un precio inferior a los 30 dólares, era mucho más accesible de lo que se imaginaba. Quien logró lanzar un producto similar ese mismo año fue IBM, con la colaboración de la antes mencionada M-Systems, bautizado DiskOnKey.
Hoy, la historia es muy diferente. Trek Technology nunca logró salir por completo del mercado asiático, M-Systems fue adquirida por SanDisk, e IBM abandonó el mercado de consumo general, pero las memorias USB están en todas partes. Son cada vez más grandes, y más rápidas. Definitivamente, una excelente adición para nuestro arsenal informático.
7 Comments
Leave a Reply