Un estudio realizado por investigadores del Montreal Neurological Institute and Hospital y de las universidades McGill y California en Los Ángeles, publicado en la ultima edición de la revista “Science Daily”, ha permitido por primera vez en la historia capturar el momento en que se produce la translación de una proteína encargada de la formación de la memoria a largo plazo. El hallazgo es muy importante para comprender cómo nuestro cerebro almacena los recuerdos.
Hay quien dice que los humanos somos, ni mas ni menos, el resultado de nuestros recuerdos. La idea tiene bastante lógica, y seguramente los recuerdos de nuestra infancia, los juegos que jugamos, los amores que tuvimos, los libros que leímos y las peripecias que sufrimos son responsables en gran medida de nuestra personalidad actual. A pesar de la importancia que posee el mecanismo de la memoria, es mucho lo nos que falta descubrir sobre su funcionamiento y la forma en que el cerebro convierte en permanentes nuestras experiencias cotidianas.
Sin embargo, un nuevo estudio sobre la forma en que determinadas proteínas interactúan con las sinapsis de las células nerviosas, realizado de forma conjunta por investigadores del Montreal Neurological Institute and Hospital, y de las universidades McGill y California en Los Ángeles, podría desvelar parte de este misterio. Los científicos han logrado capturar en una imagen el momento exacto en que se produce la activación del mecanismo -concretamente la translación de una proteína- que desencadena la formación de la memoria a largo plazo.
El hallazgo, publicado en la ultima edición de la revista “Science Daily”, proporciona la primera evidencia visual de que se producen nuevas proteínas en las sinapsis -verdaderas conexiones entre las células nerviosas– en el momento en que un evento registrado por el cerebro se guarda en forma de un recuerdo a largo plazo. Estas proteínas tienen la función de incrementar la fuerza de la conexión sináptica, reforzando la memoria. La imagen obtenida en ese momento crucial es, según los expertos, muy importante para comprender la forma en que se generan los recuerdos. Si fuésemos capaces de hacer un seguimiento en tiempo real de la evolución de estas proteínas tendríamos una mejor comprensión de cómo se forma la memoria.
Para entender qué es lo que ocurre a nivel molecular en el cerebro, es necesario tener en cuenta dos propiedades intrínsecas de la memoria. La primera es su capacidad de mantener una gran cantidad de información almacenada durante un largo tiempo con un grado razonable de estabilidad. La segunda es su flexibilidad. En efecto, la única razón por la que podemos aprender y adaptarnos a situaciones cambiantes es porque nuestra memoria es altamente flexible. Estas propiedades hicieron que los responsables de la investigación se centrasen en las sinapsis, que son el principal punto de intercambio y almacenamiento de información en el cerebro. Estas estructuras conforman una vasta red de conexiones que tiene una gran habilidad para cambiar y adaptarse -la denominada plasticidad sináptica- que parece ser la base fundamental del aprendizaje y la memoria.
“La cuestión es cómo determinar la formación de la memorias si esta red está cambiando constantemente”, dice el doctor Wayne Sossin, neurocientífico y coautor del estudio. “Se sabe desde hace algún tiempo que un paso importante en la formación de la memoria a largo plazo es la translación, o producción, de nuevas proteínas localizadas en la sinapsis, que refuerzan la conexión sináptica en la incorporación de una memoria, pero hasta ahora nunca se había registrado en imágenes”, agrega. El equipo empleó como “seguidor” una proteína fluorescente que puede ser fácilmente detectada y seguida, lo que les posibilitó obtener la imagen en cuestión.
Sin dudas, el descubrimiento de Sossin y sus compañeros de equipo servirá para mejorar la comprensión de estos procesos, y para la elaboración de terapias que puedan corregir los problemas ocasionados por el deterioro de la memoria en personas de edad o con enfermedades degenerativas.