Se llama Lünen y se localiza al Norte de Alemania. Van a ser los primeros en utilizar de forma regular el biogás que producen los excrementos del ganado para generar electricidad y abastecer a la población. Con esta técnica, estarán más cerca de la independencia total de los combustibles fósiles. Mientras haya animales cerca, tendrán corriente para sus hogares, aunque será mejor que se encuentren lejos de la planta de tratamiento. Por aquello de las fragancias excesivas.
Los caminos de las energías renovables son inescrutables. La humanidad se encuentra tan acorralada con las desventajas de los combustibles fósiles que no paran de inventar nuevas vías para seguir disfrutando de una energía barata. La ciencia ha recorrido todo el espectro de posibilidades, desde la luz del sol, hasta la fuerza de las mareas, pasando por el viento, el calor de la tierra y otras muchas que tratan de posicionarse como alternativas reales al petróleo. Pues bien, Lünen, una ciudad de unos 90.000 habitantes, situada al norte de Dortmund(Alemania), se va a convertir pronto en la primera del mundo que conseguirá abastecerse de energía utilizando biogás. Lo llamativo del asunto es que este gas no proviene de grandes bolsas subterráneas, sino del vientre del ganado. Hablando claro: de sus excrementos.
¿Cómo se obtiene el biogás? Se trata simplemente de la descomposición natural del detritus orgánico. La creación y utilización del biogás de manera artificial se remonta a la segunda guerra árabe-israelí, a mediados de los años setenta del siglo XX, cuando el precio del petróleo subió ostensiblemente al ser utilizado como arma política, lo que hizo que se investigasen otras posibilidades de producir energía. Este proceso desprende una mezcla de gases que surge gracias a microorganismos anaerobios, es decir, sin presencia de oxígeno, que descomponen la materia orgánica. Las bacterias consumen el carbono y el nitrógeno y como resultado se produce una combinación de gases formado por un 70% de metano, 20% de anhídrido carbónico y un poco de monóxido de carbono y anhídrido sulfuroso.
El biogás obtenido mediante este proceso será quemado en una planta de cogeneración para que pueda generar calor y electricidad. La planta podría producir 6.8 megavatios de energía verde, que es suficiente para abastecer alrededor de 26.000 hogares. El biogás actualmente se está usando en todo el mundo de modo experimental pero las autoridades locales aseguran que la pequeña ciudad de Lünen tendrá el honor de ser la primera del planeta que conseguirá abastecerse de modo regular con el biogás generado de las deposiciones de los animales de granja. El sustento energético de la población se efectuará mediante una red de biogás que pretenden llevar a cabo a la mayor brevedad en la forma de un gasoducto subterráneo. El calor generado durante el proceso será distribuido en toda la ciudad y podrá dar abasto al 30-40 % del total de la población.
Las ventajas del biogás son muchas, pues además de generar electricidad sin agravar el problema del calentamiento global del planeta, también elimina los residuos orgánicos que produce la naturaleza (ganado, plantas muertas, etc). Las desventajas podrían ser que este tipo de energía se presta a los entornos rurales antes que a los urbanos y, además, que producen gases nocivos (aunque en muy poca cantidad), como el ácido sulfhídrico que hay que eliminar. De todos modos, Lünen ya está lista para producir su biogás y no te extrañe que les dediquen algún monumento a sus útiles animales de granja.
Quien iba a decir que una cosa tan sucia produciría una energía tan limpia.