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La obra de arte que se subasta sola (eBay)

La definición de una obra de arte es algo elusivo, es por eso que generalmente es mejor no intentar definirlo. Sin embargo, Caleb Larsen se las arregló para  crear una obra con características diferentes a las que uno esperaría. Llamada “A Tool to Deceive and Slaughter” (una herramienta para engañar y masacrar), se trata de una caja negra con una conexión ethernet cuyo único objetivo es venderse a sí misma en eBay cada siete días. Y así, es como pasa de mano en mano entre compradores.

Aunque su nombre lo describa casi como un arma de destrucción masiva, está muy lejos de serlo. El cubo negro creado por Caleb Larsen, se llama “A Tool to Deceive and Slaughter” (una herramienta para engañar y masacrar) y, en verdad, no es más que un cubo con una entrada para un cable Ethernet. Seguramente te estarás preguntando para qué necesita un cable un simple cubo negro y la respuesta es bastante simple. Lo utiliza para venderse a sí misma en eBay y, al parecer lo ha logrado más de una vez.

Lo interesante de esta obra de arte, es que cada siete días intenta venderse a sí misma en eBay, creando una subasta por sí sola. Y aunque sea comprada, siete días luego, intentará venderse nuevamente. El concepto detrás de ésta “herramienta para engañar y masacrar”, es el concepto de un objeto físico que “se vende a sí mismo”. Es por eso que quien lo compre, debe atenerse a varias reglas para mantener la integridad artística del concepto. Por ejemplo, el “dueño” debe mantener conectado el cubo a Internet en todo momento, excepto que este siendo transportado a su próximo dueño.

Así es, otra de las reglas es que una vez que pasan los siete días, el cubo vuelve a subir una subasta a eBay.  Una vez hecho, cualquiera es libre de comprarlo y no hay nada que el actual dueño pueda hacer al respecto. Sin embargo, es él quien debe colocarle un nuevo precio base acorde a las expectativas del mercado actual. Al momento de escrita esta nota, se han llevado a cabo 12 subastas y el precio de actual es de US$4,250. Un precio considerablemente alto para una caja negra que no hace otra cosa más que venderse a sí misma.

Finalmente, otra de las tantas reglas, es que cada vez que se hace una venta, el dueño debe pagarle al artista, es decir, Caleb Larsen, 15% de la cifra a la que fue vendida. Aunque actualmente se encuentra en un precio muy alto, en definitiva puede ser un buen negocio para quien lo compre en el futuro, ya que el valor tiene más chances de aumentar que disminuir. Aún así, más allá de su aparente inutilidad, esta obra de arte es tan rara como única. Además, es el ejemplo perfecto para la era en la que vivimos, donde una caja negra es capaz de venderse a sí misma hasta la eternidad.

Escrito por Tomás Garcia

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