El sábado la NASA lanzó desde sus instalaciones en Cabo Cañaveral (Florida) un robot -llamado Mars Science Laboratory– rumbo a Marte. El artefacto, que ha sido apodado “Curiosity”- inició sin contratiempos su viaje a bordo de un cohete Atlas 5, y se espera que llegue a destino el 6 de agosto del 2012. Con un valor aproximado de 2.500 millones de dólares, este robot se posará en el planeta rojo e intentará encontrar señales de vida o condiciones que la permitan en su superficie. Obtiene su energía de una pequeña central nuclear, tiene el tamaño de un coche pequeño y -según sus creadores- es el artefacto más inteligente que se ha enviado al vecino planeta.
La NASA lanzó con éxito otro robot rumbo a Marte. El acontecimiento tuvo lugar el sábado, cuando desde Cabo Cañaveral, en Florida, despegó un gigantesco cohete Atlas 5. A bordo se encontraba un robot explorador oficialmente denominado Mars Science Laboratory (aunque casi todos se refieren a él como “Curiosity”) que ha costado unos dos mil quinientos millones de dólares. El objetivo de esta sonda robótica es determinar si es viable vivir en Marte y -si existen- hallar señales de que alguna vez la vida floreció en el planeta rojo. Según la NASA, esta es la misión más ambiciosa de todas las que se han enviado a Marte.
El Atlas 5 tiene la altura de un edificio de 20 pisos, y fue construido por la United Launch Alliance. Despegó de una plataforma que se encuentra cerca del océano a las 1502 GMT, bajo un cielo cubierto de nubes. Este cohete tiene como misión proporcionar el impulso inicial al Mars Science Laboratory para que pueda recorrer los 570 millones de kilómetros que nos separan del planeta rojo. Recorrer ese trayecto demandará aproximadamente 9 meses, por lo que el robot Curiosity se posará en Marte en algún momento del 6 de agosto del 2012. El sitio del aterrizaje, si todo sale según lo previsto, será un punto situado en las inmediaciones de un crater de impacto conocido como “Cráter Gale”, cerca del ecuador del planeta. El nuevo artefacto de la NASA tiene el tamaño aproximado de un coche mediano y posee 17 cámaras y 10 instrumentos científicos diferentes, incluidos completos laboratorios de análisis químicos destinados a identificar los elementos que constituyen el suelo y las rocas marcianas, un láser y un espectómetro de rayos X. La misión tendrá una duración de dos años, aunque como ha ocurrido en otras oportunidades es posible que el robusto diseño del robot le permita sobrevivir en ese inhóspito lugar durante algo más de tiempo.
Las muestras serán recogidas mediante un brazo robótico instalado en Curiosity, a lo largo de una amplia zona con centro en el sitio del aterrizaje. Sabemos que el terreno elegido como blanco tiene un alto contenido de arcillas, lo que permite suponer que en el pasado ha formado parte de un ambiente húmedo. El astrónomo John Grotzinger del Instituto Tecnológico de California en Estados Unidos y encargado de esta misión dice que el agua es un elemento clave para la vida, aunque no es el único indispensable. Mientras que las anteriores misiones robóticas enviadas a Marte –incluyendo los robots Spirit y Opportunity– se concentraron en la búsqueda de evidencias de la existencia de agua superficial, Curiosity buscará el resto de los “ingredientes”. El robot, casi tres veces más grande que sus predecesores, es capaz de descubrir trazas de carbono orgánico, un elemento fundamental para el tipo de vida que conocemos en la Tierra. Se alimenta de la energía producida por un generador alimentado con plutonio, capaz de producir electricidad durante un año marciano (unos 690 días terrestres), y todos esperamos ansiosos los datos que pueda proporcionarnos.