Funcionarios de la NASA estarían a punto de revelar uno de los descubrimientos más impresionantes de los últimos 40 años: sorprendentes imágenes de los primeros pasos dados por el hombre en la Luna, imágenes con una claridad y calidad nunca antes vista. Dicho acontecimiento ocurrirá este próximo mes, cuando la agencia espacial saque a la luz las imágenes que eliminarán en forma definitiva las teorías de fraude de la misión.
Las imágenes que el mundo vio de aquel momento histórico, en el que Neil Armstrong descendió sobre la superficie lunar, el 21 de julio de 1969, siempre han sido muy granuladas, borrosas, oscuras y con una definición muy pobre. Las imágenes en las que los astronautas se movían alrededor del módulo lunar (Lunar Lander) son tan oscuras y de una calidad tan deficiente que siempre fue muy difícil definir las actividades que se realizaban. Esta deficiencia en la imagen fue la causa de las más variadas teorías conspirativas acerca de la misión Apollo XI. Pero eso está por cambiar.
La realidad es que los espectadores sólo han visto estas imágenes de mala calidad debido a que el registro original de las cintas analógicas, que contienen las imágenes transmitidas directamente desde la superficie lunar, se perdieron casi en el momento en que se registraron. Sin embargo, el periódico Sunday Express revela que las filmaciones que contienen las imágenes originales de alta calidad finalmente se han encontrado.
Si se recuperan efectivamente todos los datos de video, la NASA podrá mostrar estas imágenes al mundo como uno de los puntos sobresalientes de las celebraciones para conmemorar el 40 aniversario del acontecimiento más trascendental de la humanidad. Quienes han tenido acceso a las primeras muestras aseguran que se pueden apreciar detalles de la superficie lunar que nunca antes se habían visto. De esta forma, se acabaría por fin con 40 años de teorías vulgares de fraude.
La transmisión captada por la cámara que portaba Neil Armstrong, debía pasar por una serie de procesos que degradaron la calidad original antes de poder ser vista en directo por millones de personas alrededor del mundo. Las imágenes desde la Luna se transmitieron a la estación de seguimiento más cercana – la que se encontraba en mejores condiciones de recepción: el Parkes Observatory, en Australia, que se encargó de registrar la grabación en cintas magnéticas con la más alta calidad disponible en la época.
En dicha estación, y con el uso de un escáner especial, el material en crudo se redujo a un formato de resolución apto para ser transmitido por televisión. Dicha señal resultó ser muy comprimida para que pudiera ser transmitida en vivo a los EE.UU. a través del satélite Intelsat III. La pérdida en la calidad final se produjo cuando la NASA hizo su grabación en EE.UU. (son las que siempre vemos en imágenes de archivo) al colocar una cámara de película de 16 mm delante de un monitor de televisión blanco y negro.
Por supuesto que es muy difícil imaginar la sensación de horror y desesperación de los investigadores y científicos al conocerse la noticia de que las cintas originales, grabadas con la más alta resolución en el Observatorio Parkes en Australia, se habían extraviado. Houston admitió el problema cuatro años después y lanzó al mundo una desesperada petición de ayuda para tratar de hallar la grabación original. La mayoría de las sospechas se centraban en que los archivos habían sido enviados desde Australia a América, donde se habían perdido.
Sin embargo, recientemente, científicos en busca de otros datos tropezaron con una serie de cintas de la NASA en una instalación de almacenamiento en Perth, Australia. En un principio, pensaron que sólo contenían información sobre polvo lunar, correspondientes a distintas misiones Apollo. Pero se confirmó a la NASA que las cintas también contienen los datos de video del alunizaje del Apollo XI.
A pesar de que la gran primicia se ha filtrado en el periodismo y lo que se esperaba anunciar espectacularmente ya no causará el impacto esperado, la NASA ha dejado saber que no revelará el alcance del material encontrado hasta que el equipo de investigación que está abocado a la tarea de rescate de los datos entregue su informe final y oficial dentro de aproximadamente tres semanas.