Lo vimos por primera vez en julio del año pasado, cuatro meses después se comprobó su funcionamiento, y ahora, es el momento de desarmar cada una de sus piezas. El híbrido entre Super Nintendo y PlayStation que tomó por asalto la Web llegó a manos de Ben Heck, quien además de llevar a cabo un desarme completo del sistema, también intentará repararlo. Al parecer, la última aventura del híbrido en Hong Kong causó algunos problemas técnicos que lo dejaron fuera de combate…
Los rumores eran muchos, susurros débiles y perdidos que adquirieron estatus legendario en foros de entusiastas. Sony y Nintendo, enemigos por donde se los mire, colaborando en el desarrollo de una consola. Dan Diebold y su padre Terry no sólo contaron la historia de dicha consola, sino que publicaron imágenes sobre ella, después de haber permanecido durante años en una caja. «¡Falso!» «¡Photoshop!» «¿También tienes Half-Life 3?», fueron algunas de las críticas. Pero la consola existe, fue desarmada, viajó a Hong Kong, e incluso ejecutó algunos títulos de Super Nintendo. Lamentablemente, la electrónica es más delicada de lo que aparenta, en especial cuando consideramos capacitores con veinte años de edad, soldaduras que se debilitan, y el hecho de que es un prototipo. En ese punto es cuando aparece Ben Heck, modder y DIYer de corazón, con docenas de modificaciones extremas en su registro. ¿Cuál es el plan? El primer paso, desarmar al híbrido…
Una vez que retiran el blindaje de la parte inferior, no quedan dudas de que la consola es un prototipo. A simple vista se pueden apreciar algunos puentes muy grandess sobre componentes soldados en superficie. Esta clase de ajustes se realizan con el objetivo de compensar errores en el diseño del PCB, y si la vista no me falla, hay cinco o seis de ellos. Ben Heck se guió a cada paso con los datos técnicos de los chips integrados para entender un poco mejor cuál es la función de los componentes, y por qué esos puentes están allí. La mayoría de los chips fueron producidos por Sony, lo que refuerza la teoría detrás del add-on óptico destinado a la Super Famicom original, pero hay otro fabricante con presencia en este prototipo, y es nada menos que NEC, con pequeños módulos SRAM.
Otro dato para interpretar es que el cartucho que acompaña a la consola y que aparentemente llevaba una etiqueta de «demo», en realidad posee unos 256 kilobytes de RAM. La «sección Super Nintendo» del híbrido cuenta con su propia memoria, y los cartuchos no necesitan nada extra porque están almacenados en ROM y corren desde ella, pero al leer datos de un CD, necesitan ser volcados a RAM, por lo tanto, el cartucho se perfila como un elemento obligatorio en el sistema óptico de la consola. El cartucho también posee un chip ROM extraíble (probablemente para ser programado y luego reinstalado en su zócalo) y lo que parece ser un bloqueo de región. Ben Heck dedica los últimos minutos del vídeo a comparar el SFX-100 (al que podríamos considerar «nombre oficial» del prototipo, ya que se repite varias veces en su interior) con otros sistemas similares de la misma época, al estilo del Sega CD. En esencia, es el hardware de una Super Nintendo con una lectora óptica arriba. Todo el sistema de audio es un poco más avanzado, pero la «sección Play Station» no añade nada en materia de procesamiento gráfico o calidad de audio. En resumen, el híbrido no hubiera sido capaz de superar al Sega CD. ¿La reparación? En la parte 2.