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La mina de Bitcoin más grande de Rusia, en imágenes (galería)

Muros repletos de hardware… y hasta guardias armados

No, Bitcoin no se ha ido a ninguna parte. Los medios tradicionales ya no cubren su evolución con la misma intensidad que demostraron en el pasado (y en especial cuando coqueteó con los 20.000 dólares a fines de 2017), pero la criptomoneda aún conserva un valor y un nivel de dificultad lo suficientemente aceptable como para que las grandes mineras mundiales puedan seguir operando. Una de ellas es Bitriver, la más grande del territorio ruso, ubicada en la ciudad de Bratsk, en Siberia. El fotógrafo de Bloomberg Andrey Rudakov obtuvo permiso para ingresar con su cámara, y este es el resultado…

La compañía alquila una instalación entera cerca de la planta de aluminio de la ciudad. Dicha planta fue a su vez construida por las autoridades soviéticas en los ’60, acompañada de una central hidroeléctrica. Gracias a la actividad de la central, hoy Bratsk posee energía abundante y barata, una combinación irresistible para Bitriver y sus competidoras.



De hecho, Bitriver es relativamente joven, con apenas un año en el negocio, pero la amplia capacidad de su centro de datos le permitió obtener clientes de los Estados Unidos, Japón, e incluso China.


#1

Tres pisos enteros, repletos de ASICs y sistemas de refrigeración y distribución de energía. La instalación requiere unos escalofriantes 100 megavatios.

#3

Siberia es una especie de paraíso para la criptominería. Energía barata y clima frío ayudan a ahorrar millones en refrigeración.

#4

Ingenieros y técnicos trabajan 24/7, reparando y realizando diagnósticos. El uso de protección para los oídos es inevitable.

#7

Un técnico en plena reparación de un ASIC. Bitriver entrenó y certificó a sus empleados bajo los gigantes chinos Bitmain y Innosilicon.

#8

La planta hidroeléctrica, en el río Angará. La región tiene una de las tarifas energéticas más baratas del mundo.

#9

Algunas personas básicamente viven allí, pero no deja de ser un espacio de trabajo...

Escrito por Lisandro Pardo