La NES original tenía apenas 2 kilobytes de memoria RAM. 2.048 bytes que hoy podrían ser saturados incluso por un simple correo electrónico. Los límites en el hardware eran importantes, pero los desarrolladores concentraron todos sus esfuerzos en implementar formas mucho más creativas y eficientes para utilizarlo. El ingeniero Michael Fogleman escribió un emulador de NES con el objetivo de conocer mejor a la consola, y descubrió que el contenido de la memoria RAM convertido a sparklines puede crear dibujos únicos, que merecen estar colgados en una pared.
Fogleman explica que su emulador tiene la capacidad de realizar capturas de la memoria RAM en cada uno de los 60 cuadros por segundo. Las direcciones específicas de la memoria fueron transformadas en líneas (léase «sparklines»), pero sólo registra aquellas que han cambiado por lo menos una vez, lo cual explica la menor cantidad de patrones en los dibujos (de lo contrario, todos serían de 2.048 sparklines). La diferencia natural entre los juegos, las técnicas utilizadas por los desarrolladores y una variable de tiempo (cinco o diez segundos es lo más común) prácticamente garantizan que cada dibujo sea único. Si quieres uno, sólo tienes que indicarle a Fogleman el juego, y pagar la módica suma de 199 dólares.
Leave a Reply