Las máquinas de Golberg por lo general son graciosas simplemente por su alta complejidad para alcanzar fines excesivamente simples, pero ésta creada por estudiantes de Purdue University, no solo rompió el récord de la más compleja de la historia (con 230 pasos) sino que en el proceso de cumplir su cometido, cuenta la historia de la humanidad, desde el Big Ban —de la manera más literal posible— hasta el incierto y oscuro futuro.
Como probablemente muchos sabrán, una Máquina de Golberg, o simplemente una Rube Golberg, se le llama a aquellas máquinas que son complejas en exceso para realizar una tarea que de otra forma sería mucho más simple de llevar a cabo. Un excelente ejemplo es la introducción de Back to the Future, donde una máquina super compleja le sirve comida a Einstein. Pero por supuesto no solo existen en ficción y aquí podemos ver la máquina de Golberg más compleja jamás inventada.
Y claro, como debía ser compleja en todo sentido —no solo en su mecanismo sino también en cuanto a concepto— también se encarga de contar la historia de la humanidad, dividida en diferentes eras y adivinando un posible futuro de la misma, que en nuestra opinión no es muy desacertado. ¿Pero cuál es el propósito que cumple? Bueno, después de 244 largos e hilarantes pasos, esta máquina de Golberg tiene la importantísima tarea de regar una flor. Y ya sabemos lo difícil que es recordar regar las flores de nuestro hogar.
Esta maravilla mecánica y, humorística, fue creada por estudiantes Purdue University y tal vez no cuente la historia de la humanidad a la perfección, pero sin duda toca los temas más importantes de las maneras más imaginativas. Hoy se considera la Máquina de Golberg más compleja de la historia, pero su objetivo inicial en realidad era bastante menos ambicioso, ya que simplemente querían ganar el Concurso Nacional Anual de Máquinas de Golberg y así, los 17 estudiantes que conforman el equipo, alcanzaron un objetivo que nunca se imaginaron.
Este gigante mecanismo, apropiadamente denominado “La Máquina del Tiempo” es diferente al resto de las máquinas similares, porque no solo se trata de un complejo proceso en exceso, sino que a la vez se las arregla para contar una historia y sacar más de una risa de quien lo está mirando. Y como si eso no fuese suficiente, se convirtió en la Máquina de Golberg más compleja de la historia, superando a la creada por estudiantes de la Universidad Ferris State de Michigan, que contaba con 230 pasos.
