El termino se está acuñando cada día con más vigor y a cada paso encontramos un texto, o un artículo, que lo menciona: “La Internet de las cosas”. Pero, ¿de qué se trata esta tendencia?, que por cierto, no es nada nueva en su concepto. La miniaturización y el incremento constante del poder de proceso de los microcontroladores / microprocesadores ha favorecido a la aparición de muchos dispositivos que son capaces de procesar información y conectarse a la web en forma autónoma, a través de una conexión física o mediante un enlace inalámbrico. Desde un sencillo detector de humedad de suelo para facilitar el control de riego en un sembrado, hasta un sensor ubicado dentro de un contenedor de basura para calcular las rutas más eficientes que harán hoy los camiones recolectores de residuos. Internet está en las cosas, en los objetos, en NeoTeo.
No sólo la electrónica sencilla, sino Internet en todo su potencial, está comenzando a aparecer en lugares donde antes podía llegar a resultar insólito encontrar “siquiera” un dispositivo electrónico elemental. Hoy encontramos conectividad inalámbrica a internet en objetos tan insólitos como diversos. Sin lugar a dudas, la incorporación de estas nuevas tecnologías electrónicas, están escribiendo un nuevo capítulo en nuestra relación con “cosas” o elementos que antes eran simplemente eso: objetos, cosas o elementos que tenían una aplicación definida en nuestra vida. Hoy la siguen teniendo, pero pueden ser vistas, controladas, organizadas y hasta dirigidas a través de la web. Hemos metido Internet donde antes había una simple cocina de alimentos o en el alumbrado público que antes se encendía y apagaba (de manera maravillosa) en forma automática con una sencilla foto-celda (LDR). Por todo esto, hoy estamos siendo testigos privilegiados de una nueva etapa de transformación tecnológica, la que lleva adelante “La Internet de las cosas”.
Con el tiempo, surgirán muchas maneras (quizás más apropiadas) de encasillar a esta nueva rama tecnológica. Quizás pase a ser “La Internet de los objetos” o “Elementos 2.0”, pero lo que no podremos evitar es que esta tendencia resulte indiferente. Bastará con un pequeño sensor, un microcontrolador de aplicación específica conectado a un sistema inalámbrico y ya tendremos un nuevo objeto, una nueva “cosa”, capaz de ingresar a la web y ser parte de ella. Si cada pieza de un mecanismo complejo, como puede ser el motor de un vehículo, tuviera incrustado un pequeño chip de identificación, podríamos conocer infinitas características de funcionamiento en forma inmediata. Tendríamos acceso a ajustes de funcionamiento que podríamos realizar con un simple ordenador al otro lado del globo. Como siempre ocurre ante la aparición de nuevos desarrollos manufacturados por distintas empresas alrededor del mundo, la unificación hacia un protocolo de comunicaciones común (para todos estos elementos) siempre es difícil de obtener. Sin embargo, el objetivo final será en todos los casos el mismo: volcar a la red la mayor cantidad de información posible desde los elementos que deseamos controlar, observar, atender, manejar.
A partir de estas tendencias crecientes, podemos observar, por ejemplo, ciudades como Praga (y en algunos sectores en Londres) que poseen que poseen su sistema de iluminación pública, automatizado y controlado por sistemas como CityTouch de Philips. Utilizando este sistema, en el video podemos observar como a través de un ordenador y vía web se puede encender, apagar, variar intensidad lumínica y controlar el consumo de cada luminaria ubicada en los puntos importantes de la ciudad. Otro claro ejemplo de aplicación urbana es Streetline Networks, creada para hacer un control y seguimiento de disponibilidad de espacios para estacionamiento. El sistema, actualmente en uso en Hollywood y en Sausalito, incorpora sensores en el pavimento e informa cada lugar disponible a una web, que puede ser consultada en tiempo real con cualquier dispositivo móvil.
Además de las futuras fábricas inteligentes, donde cada proceso será automatizado y administrado en forma automática por nodos de sensores inalámbricos, los edificios de departamentos de cada familia será la gran atención para aplicar en forma sistemática esta nueva tendencia de “Internet en los objetos”. La medición de los consumos de gas, agua, energía, y todo aquello que hoy tiene medidores locales que son visitados por operarios que deben tomar lecturas, serán los puntos a abordar en forma prioritaria por las compañías prestadoras de servicios. En electricidad, por ejemplo, el avance de ZigBee Smart Energy 2.0 se hace cada vez más fuerte y competitivo entre las empresas de primera línea para alcanzar el mercado con soluciones eficientes y que sean adoptadas en forma masiva.
Otra de las estrellas que brillará en el firmamento de “La Internet de las cosas”, será el automóvil, que se convertirá en un nodo de Internet móvil algún día. Algunos coches ya tienen presencia en la red con los diferentes subsistemas de audio, vídeo y/o GPS. Durante el CES 2012, como un ejemplo de “coche conectado”, el automóvil concepto “QNX Porsche Carrera” acaparó la atención y las miradas de los que esperan tener todas las posibilidades de conectividad en un automóvil. Utiliza el procesador Texas Instruments OMAP 4 y el chip “combo” WILINK, entre otros dispositivos, para alimentar su sistema de información, entretenimiento, navegación personal y opciones inalámbricas.
En materia de salud, uno de los trabajos más complejos y completos, está siendo llevado a cabo por Keith Errey, que a través de su pequeña empresa Insasys, intenta ingresar en el mundo médico con su monitor cardíaco Lifetouch ECG. Con un formato similar a cualquier apósito protector utilizado ante pequeñas lastimaduras, mezclado con un conjunto de electrodos clásicos para ECG en las puntas, el dispositivo pretende ser mucho más que un sencillo “monitor de pulsaciones cardíacas inalámbrico” sino que además, estará encargado de medir la temperatura del paciente, la presión arterial y el ritmo respiratorio, entre otros parámetros. Por el momento, Errey tiene como objetivo conseguir que sus dispositivos sean utilizados en algunos hospitales y clínicas en Inglaterra y la India. La continua acumulación y gestión de datos proporcionará una visión más profunda “de una sola vez” suministrando mediciones que, de lo contrario, deberían realizarse con múltiples elementos y utilizando un tiempo, en ocasiones, vital.
Avanzando un paso más, e ingresando dentro de los establecimientos hospitalarios, la tecnología es dueña de la mayoría de los estudios de diagnóstico y hasta de una avanzada infraestructura robótica, capaz de realizar intervenciones quirúrgicas del más alto nivel de complejidad. Ahora, compañías como Philips intentan trabajar en factores poco atendidos o tenidos en cuenta como es el estrés que puede experimentar un paciente, en una sala de espera destinada a personas bajo tratamiento de enfermedades oncológicas. Una sala de espera especialmente iluminada y acompañada de una música y/o videos que puedan generar climas de calma y distención están experimentando una notable aceptación por parte de los pacientes, a la vez que facilita la tarea de los profesionales de la salud. Otra tendencia que intenta imponer el gigante holandés es un sistema de tarjetas inteligentes que llevarían consigo los médicos o enfermeros y que servirían para identificar donde se encuentran a cada momento dentro de la institución médica o proyectando su nombre sobre una pared cada vez que ingresan a una habitación, para una fácil identificación del personal.
Estas son sólo algunas pequeñas muestras de cómo Internet y las tecnologías de redes inalámbricas están llegando a nuestra vida cotidiana en forma de objetos simples, sencillos y que antes no eran más que eso, “objetos simples”, “cosas”. Hoy, un reloj puede brindarnos el aviso de que tenemos correos electrónicos para leer, así como un atleta puede tener un reproductor de MP3, radio FM y GPS en su muñeca, durante su entrenamiento. Los hogares están siendo observados por la gran industria como otro ámbito ideal, donde desembarcar con todo su arsenal de objetos con capacidad de conexión web. Sistemas de seguridad remota, mandos a distancia programables a través de la web (para operar cada nuevo gadget adquirido) y lámparas LED con sistemas integrados que permitirán encender, apagar y variar su intensidad luminosa con sólo un clic. En tu hábitat, ¿ya convives con La Internet de las cosas o de los objetos? ¿Ya has descubierto a tu alrededor las cosas que dejaron de ser simples objetos y pasaron a formar parte de la madre de la redes, que es Internet? Por cierto, ¿ya has comprado una cámara IP para monitorear tu cuarto cuando estás fuera de tu casa?