Si no tienes la belleza necesaria para ganar mucho dinero, puedes consolarte que a menos tienes la inteligencia suficiente para triunfar en los negocios, ¿o no?
Es hora de desmitificar el mundo laboral. Que valen los esfuerzos, que la productividad es todo lo que cuenta o que un alto cociente intelectual te asegura el futuro: nada de eso es totalmente cierto. Ya vimos que la apariencia es un factor clave para acceder a un mejor salario, ahora te contaremos por qué tu intelecto no se cotiza demasiado.
El autor de este estudio, Jay Zargosky de la Universidad de Ohio, nos introduce al tema hablando de los muchos factores que forman las circunstancias de una personas: incluyendo la suerte, oportunidades y gente que nos rodea. Su investigación busca un enlace entre los altos CI, salarios y riqueza. En el pasado se estableció un patrón que definía las excelentes chances de éxito económico de las personas más inteligentes. El libro "The Bell Curve" en 1994 aseguraba que muy pocas personas con alto CI llegaban a la pobreza, una conclusión que no pudo sostenerse a través de los años.
Zargosky toma el hilo perdido de estudios antiguos (mirando a la Encuesta Nacional Longitudinal de la Juventud de 1979) y se encuentra con bancarrotas y deudas donde antes existían altas ganancias. Su evaluación de los datos estadísticos lo hace afirmar que la inteligencia no confiere ventaja alguna sobre las tres dimensiones clave del éxito financiero. Queriendo establecer una relación entre puntos de CI y aumento salarial por año, Zargosky apenas pudo demostrar que un punto adicional de CI llevaba a un aumento neto anual de $83 que tendía a cero.
Por otro lado, lo que Jay pudo comprobar, es que la gente inteligente no es muy buena manejando sus finanzas. En su estudio pudo comprobar que las personas con 140 puntos de CI se olvida de pagar cuentas o se excede de los límites de su tarjetas de crédito mucho mas seguido que las personas con CI mas bajos. Además, la tasa de quiebra de estos cerebros de 40 puntos por encima del promedio es casi igual a la de aquellos con un CI de 80 (14.1% y 15.2% respectivamente). Zargosky explica que esto podría suceder porque las personas con CI mas altos se distraen en cosas más específicas, olvidando las cuestiones rutinarias como pagar cuentas o manejar los gastos. Así pues, la única comprobación que pudo establecer Zargosky es que sólo aquellos mínimamente arriba del promedio pueden jactarse de tener un mejor panorama económico que el resto. A fin de cuentas, no hay nada que te asegure el éxito (a menos que seas verdaderamente atractivo) y las oportunidades se verán mejor para una persona promedio. Es más alentador de lo que nos hacen creer, ¿verdad?
