Algunos buscan calidad, otros priorizan la velocidad, y finalmente está la cuestión del tamaño. Cuando hablamos de impresoras 3D, la Universidad de Maine elige seguir el tercer camino, y su nueva Factory of the Future 1.0 pulveriza el propio récord que la institución había alcanzado en 2019. Esta impresora es cuatro veces más grande que su predecesora, y puede crear objetos con más de 29 metros de largo…
En lo personal creo que la impresión 3D ya es maravillosa por el simple hecho de permitirnos reproducir cada maldita tapa de baterías que hemos extraviado en nuestros mandos a distancia, pero más allá de los modelos disponibles, las guías de optimización, los accesorios secundarios, las recomendaciones de software, los trucos para preparar filamento y las interminables sesiones de prueba y error, todo eso pertenece al usuario final, y hay gente allá afuera operando a una escala completamente diferente. Con eso en mente llegamos a la Universidad de Maryland, que en los últimos días presentó la impresora 3D termoplástica más grande del mundo: Factory of the Future 1.0.
Factory of the Future 1.0: La impresora 3D que bate récords
La universidad ya había quedado registrada en el libro Guinness con el modelo anterior a finales de 2019, pero en esta oportunidad decidió arrojar todos los límites por la ventana. Presentada frente a una audiencia más que variada (Departamento de Energía, Departamento de Defensa, autoridades de vivienda del estado de Maine y otros privados), Factory of the Future 1.0 posee un volumen de impresión de 29.26 (largo) x 9.75 (ancho) x 5.48 (alto) metros, procesando aproximadamente 226 kilogramos de material por hora (500 libras).
Ahora, llamar a esta creación «impresora» no es tan sencillo, ya que puede combinar procesos de adición, sustracción, y manipulación robótica de material. Factory of the Future también servirá para explorar iniciativas especiales como la reutilización de residuos de madera, ampliamente disponibles en la región gracias a su industria maderera.
Sin embargo, uno de los grandes objetivos es la construcción de casas. El estado de Maine necesitará 80.000 nuevos hogares antes del final de la década, y aunque la impresión 3D ha prometido ser «la solución» en muchas ocasiones, tal vez este sistema sea la clave para que se vuelva realidad. Obviamente, la impresora no puede hacer nada frente a los permisos y el costo de la tierra, pero su visión de «fail-fast, fail-cheap», debería ayudar al desarrollo tecnológico.
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