Observa el agujero. No parpadees. Tus ojos clavados en el agujero. Sólo en el agujero. Ahora, ¿qué es lo que percibes? La mayoría de las personas reporta la sensación de caer hacia el agujero. Al principio, ese resultado no tiene sentido porque la imagen es estática, pero un equipo internacional de investigadores explica que esa falsa sensación de movimiento está vinculada a la expansión de nuestras pupilas, y a los mecanismos de compensación de nuestro cerebro.
¿Quieres ilusiones ópticas? Creo que podemos satisfacer tu deseo: La Reina Fantasma de 2021 fue en verdad impresionante, el Doble Eje de 2019 nos dejó con la boca abierta, y es imposible olvidar a las bolas del mismo color, las frutillas que no son rojas, y los puntos que desaparecen por arte de magia.
¿Por qué funcionan tan bien en algunos casos? La respuesta puede variar dependiendo del efecto y los estudios asociados, pero siempre va en la misma dirección general: Al cerebro le gusta tomar atajos, rellenar y completar patrones que no están allí. El último ejemplar nos lleva a un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Oslo, y la Ritsumeikan de Osaka. ¿Cuál es su objetivo? Antes que nada, observa este agujero:
La ilusión del agujero negro en acción
El agujero se expande y estás cayendo en su dirección, ¿verdad? Al menos, eso es lo que responde buena parte del público. La ilusión creada por Akiyoshi Kitaoka (quien forma parte del equipo original) utiliza una combinación de puntos negros sobre un fondo blanco completamente estático, sin animaciones ni nada que se le parezca. El movimiento ilusorio provoca una expansión de nuestras pupilas, aún cuando se lo observa en condiciones que no requieren ese tipo de ajustes, por ejemplo, una habitación bien iluminada.
El efecto se asocia a una perspectiva teórica llamada «Percibiendo el presente», documentada originalmente en abril de 2008: Nosotros podemos imaginar que el cerebro trabaja de forma instantánea, pero cuando hablamos de ilusiones con formas dinámicas o cambios espaciales, genera una percepción del resultado probable con unos 100 milisegundos de anticipación, como compensación a la demora neural en el procesamiento de información visual que va desde la retina hasta las áreas corticales correspondientes.
Otro ejemplo contundente de esto se manifiesta en la segunda imagen. El centro de la flor parece mucho más brillante, pero su color blanco es exactamente el mismo blanco del fondo y alrededor. La diferencia es que en esta ilusión, las pupilas se contraen. El patrón de las formas y su gradiente de oscuridad a claridad generan una percepción similar a observar el Sol a través de hojas y ramas de árboles. La predicción del cerebro es que «veremos el Sol» en el centro, y nuestras pupilas responden a eso.
Accede al estudio: Haz clic aquí
Fuente: Gizmodo
Muy loco, por cierto con la segunda imagen me pasó esto; mientras leia el párrafo siguiente la imagen se me fue encojiendo a medida que bajaba el scroll (!!)
estas cosas me hacen mal, jaja
Muy buenooooooooo