Hoy podemos decir con cierta seguridad que la electrónica moderna no existiría de no ser por el transistor. Todo cambió tras la creación del MOSFET en 1959, pero en los años previos ya se perfilaba como un desarrollo revolucionario, capaz de reescribir todas las reglas en materia de miniaturización y consumo de energía. Una buena parte de la admiración por el transistor se ve reflejada en el mini documental «The Transistor» publicado por Bell System (hoy AT&T) en 1953.
Un procesador obsoleto como el 80486 supera sin demasiados sobresaltos el millón de transistores integrados. Pero en la década del ’50, un solo transistor era anunciado como algo milagroso. Piensa en todas las radios y televisores de la época. Equipos enormes (y a veces no del todo estables), que usaban válvulas de vacío y componentes con tolerancias extremas, arrastrando riesgos incluso para los expertos en reparación y mantenimiento de la época.
Todo eso quedaría atrás. Productos más compactos, seguros y económicos, con mayor durabilidad y menor consumo de energía. El transistor era «la» solución, pero comunicar sus beneficios a la población presentaba ciertas dificultades. El mini documental «The Transistor» publicado por Bell System en 1953 (y hoy como parte del archivo histórico de AT&T) comienza desde el principio, destacando las virtudes de las válvulas de vacío, el avance de la radio, el teléfono, la TV, y los radares.
Así se llegó al llamado transistor de contacto, inventado en 1947 por John Bardeen, Walter Brattain y William Shockley, quienes partieron de un concepto diferente, basado en la investigación de sustancias sólidas y el comportamiento de sus electrones, sin la necesidad de un entorno al vacío o de elementos a altas temperaturas. Este equipo de físicos terminó compartiendo el Premio Nobel de Física en 1956, apenas tres años después del mini documental.
El vídeo explica uno de los beneficios más notables del transistor, que es la reducción del consumo energético. Una válvula convencional puede demandar un vatio o más, mientras que algunos transistores requieren apenas un microvatio: Una batería casera y muy cruda es más que suficiente para su alimentación. Otra de las ventajas es su temperatura. Todo dispositivo que utiliza válvulas necesita cierta ventilación, al igual que una distancia mínima entre ellas. En cambio, los transistores pueden ir mucho más «juntos» en un circuito, sin problema alguno.
En resumen, son menos de diez minutos que definitivamente merecen tu interés, aún si tienes cierto conocimiento sobre la electrónica.