En el sitio 360Cities.net, los fotógrafos de todo el mundo pueden subir sus composiciones panorámicas y gigantes. Allí se presentó en estos días una fotografía de Tokio de 600.000 pixeles en la que se puede hacer un zoom interactivo. La fotografía más grande de Tokio es una hazaña técnica, además de un deseo del autor para convertirnos a todos en súper héroes con vista de halcón.
Las vistas aéreas de las ciudades son, desde el objetivo de una cámara fotográfica, una composición compleja, repleta de variaciones y claroscuros. Con distracciones verticales y horizontales, que se extienden a través del plano invitando a darles protagonismos temporarios. Y si hay un tipo de fotografía que potencia estas cualidades, esas es la fotografía de alta resolución, cuyo tamaño se mide en cientos de miles de pixeles. En el pasado pudimos ver varias ciudades importantes a través de las lentes de cámaras fotográficas trabajando en conjunto para realizar esta composición, pues se sabe que no hay cámara digital que pueda realizar una toma de estas características de una sola vez. Esta vez es la ciudad escogida es Tokio, capital de Japón y una de las ciudades arquitectónica y urbanísticamente más avanzadas del mundo.
El fotógrafo a cargo de esta composición se llama Jeffrey Martin y cuenta que le tomó dos días capturar todas las imágenes que luego pasarían 4 meses dentro del laboratorio, editándose y ensamblándose para crear un panorama interactivo en el cual se puede hacer zoom a un nivel impensado. La extensión de la fotografía es de 600.000 pixeles de ancho, lo que aproximadamente vendría a ser 50 metros de alto y 100 metros de largo. Por otra parte, la superficie cubierta por la fotografía es kilométrica, y ahí es donde radica la magia del zoom, ya que podremos ver de cerca a edificios que se encuentran a kilómetros, y en ellos podemos llegar a visualizar personas, como se muestra en la foto superior. La imagen fue tomada con una Canon 7D y una lente de 400mm L f/5.6 montada sobre un Clauss Rodeon controlado por una laptop adosada al mismo para realizar las obturaciones.
Las complicaciones técnicas que se presentaron se dieron tanto en la toma de las imágenes como en la edición, ya que para capturar sin ningún tipo de movimiento en la imagen se necesitaba de una obturación rápida. Además, la edición en Photoshop sólo permite imágenes de 300.000 pixeles como máximo, y este proyecto duplicaba ese número. Por esto es que el fotógrafo tuvo que dividir la imagen completa en dos y este proceso no es tan simple como puede parecer si tenemos en cuenta el tamaño de cada parte de la imagen. También demandó mucho espacio en disco, ya que las versiones finales de las imágenes tenían tamaños de hasta 100GB cada una. Como tuvo que convertirlas a caras cúbicas, se requirieron 80GB extra para cada una. Además, necesitó 1.5 TB de espacio en disco libre para usar como memoria virtual para las ediciones. Y eso que estaba trabajando en un ordenador con más 192GB de RAM. Un trabajo monumental.