Michio Kaku, un profesor de física de la City University de Nueva York, ha tenido la excelente idea de plantearse seriamente los problemas físicos que se plantean al leer una novela o ver una película de ciencia ficción. Cuestiones como si podremos algún día teletransportarnos, hacernos invisibles o viajar en el tiempo son abordadas con rigor científico en “La física de lo imposible”, el libro de Kaku.
Siempre que nos embarcamos en la aventura de leer una buena novela de ciencia ficción, o que nos sentamos en un cine a ver la ultima superproducción de Hollywood que se basa en alguna temática de este género, nos planteamos si los recursos tecnológicos utilizados por el guionista tienen bases más o menos realistas, o si simplemente se hecha mano a alguna clase de “magia” que hace posible llevar a buen puerto el desenlace de su argumento. La mayoría de las historias de este tipo serían imposibles sin el recurso de la teletransportación o el viaje a mayor velocidad que la de la luz, por ejemplo. De hecho, sería bastante difícil escribir un guión exitoso en el que el viaje a una estrella más o menos cercana insumiese miles de años, o sostener la idea de un imperio galáctico en el que las comunicaciones entre los planetas que lo componen demorasen siglos.
Michio Kaku es uno de los más reconocidos -y controvertidos- físicos estadounidenses contemporáneos. En su libro “Física de lo imposible” intenta establecer cuáles de los “milagros científicos” utilizados en la ciencia ficción pueden llegar a ser posibles, y cuáles estarán para siempre fuera de nuestro alcances. Kaku parte de la base que en su -relativamente corta- vida ha visto muchas veces hacerse realidad cosas que para la comunidad científica eran consideradas prácticamente imposibles.
A la hora de abordar estas cuestiones, el autor divide los temas a tratar en tres grandes grupos. En primer lugar se dedica a los temas que -siempre según su opinión- podrían ser resueltos en el transcurso de un siglo. En este grupo se encuentran desafíos como la teletransportación, motores basados en la antimateria, la telepatía, la psicoquinesia y la invisibilidad. Muchos de estos temas pueden parecer francamente irresolubles, pero como bien señala Kaku, en muchos de ellos hemos hecho avances bastante significativos, a pesar de que los hemos comenzado a estudiar hace relativamente poco tiempo. Hemos puesto a punto rudimentarios sistemas de invisibilidad y también logrado modestos avances en algunas formas de “telepatía tecnológica”, por lo que el pronóstico del físico no tiene nada de descabellado.
En cuanto a la idea de la transportación, los físicos ya son capaces de teletransportar fotones y átomos de cesio y berilio a distancias de hasta 144 kilómetros. En realidad sólo se teletransporta la información cuántica de una partícula a otra distante, pero es muy posible que en la próxima década consigamos lo mismo con moléculas. En 50 años podríamos tranquilamente teletransportar moléculas orgánicas complejas como un virus o fragmentos de ADN.
El segundo grupo incluye logros científicos que podrían ser alcanzados en un plazo sensiblemente mayor, de entre mil y algunos millones de años en el futuro. En ese plazo, según Kaku, podremos poner a punto una máquina del tiempo que nos permita movernos hacia el futuro o el pasado, construir naves capaces de efectuar travesías hiperespaciales, o “saltar” de un universo a otro a través de los agujeros de gusano. En este grupo se tratan una cantidad de cuestiones que hoy por hoy parecen lisa y llanamente imposibles, pero que el autor supone viables siempre y cuando tengamos el tiempo y la cantidad de energía necesaria a nuestro alcance. La “velocidad Warp”, utilizada a destajo en el universo de Star Trek, es uno de los temas que Michio Kaku aborda extensamente y que la humanidad -si no se ha automachacado antes al intentar poner en marcha el aparato– podría dominar para recorrer a su antojo el universo.
Para finalizar, Kaku separa en una tercera categoría los conceptos que parecen a todas luces imposibles. Si bien los dispositivos involucrados en el segundo grupo parecen de muy difícil abordaje, no existen imposibilidades físicas -al menos en teoría- para su construcción. Sin embargo, el último grupo aborda conceptos imposibles de realizar en un universo con las leyes físicas de éste. Artefactos tales como la máquina del movimiento perpetuo o conceptos tales como precognición simplemente no tienen cabida en nuestro mundo.
A pesar de la complejidad de los temas tratados, Michio Kaku mantiene fuera de las paginas del libro todo tipo de fórmula que complicaría su lectura. Resulta muy estimulante que un físico reconocido se tome el trabajo de analizar todos estos conceptos, sobre todo cuando utiliza un lenguaje sumamente accesible. Su lectura puede ayudarnos a entender el verdadero alcance de la física como ciencia, y a especular con el futuro que nos espera como raza. Un libro recomendado por NeoTeo.