¿Te molesta el throttling que tu proveedor aplica al streaming? ¿Estás cansado de contar gigabytes en tu paquete de datos? Esos son privilegios en comparación con lo que teníamos que hacer para navegar por Internet 25 años atrás. Y así llegamos a la página del doctor Gough Lui, quien decidió reproducir la experiencia de usar dial-up con hardware de la época y visitar algunas páginas modernas, o mejor dicho, hacer el intento…
En los ’90 teníamos que llamar por teléfono para navegar en Internet. La frase parece sacada de un meme con el abuelo Simpson como protagonista, pero no es una exageración, sino la pura verdad. Después de pelear con madres/hermanas por la línea y esperar al bendito horario de tarifa plana, el módem comenzaba a cantar la canción de su pueblo, y todo lo que podíamos hacer nosotros era rezar. Rezar por una conexión estable, por medio kilobyte extra de transferencia, por nuestra integridad física al recibir la factura telefónica a fin de mes.
Sí, la banda ancha fue la solución definitiva que nos ayudó a escapar de semejante tortura, pero nunca falta ese aventurero que decide retroceder 25 años en el tiempo para reproducir la experiencia de usar dial-up. Hoy descubrimos al doctor Gough Lui, quien no se limitó a emular un entorno compatible, sino que preparó un ordenador apropiado para la época, e incluso me atrevería a decir ligeramente obsoleto…
La experiencia de usar dial-up y Windows 98 para navegar hoy
No es un error: El ordenador efectivamente necesitó más de dos minutos para llegar al escritorio. Gough utilizó en este experimento un Techway Endeavour II equipado con un procesador Pentium a 100 MHz, 32 MB de RAM en formato SIMM de 72 pines, un disco duro Fujitsu con interfaz IDE de 2.6 GB, vídeo SIS 6326 en modo PCI, una diskettera Sony, y por supuesto, un módem ESS TeleDrive con una velocidad máxima de 56k. Windows 98 SE, Netscape 4.8 e Internet Explorer 5.5 SP2 forman la selección principal de software en el ordenador, pero la historia no termina allí.
En esencia, Gough debió crear su propio proveedor de dial-up e instalar un proxy para procesar cada sitio visitado. La razón es una combinación de HTTPS, CSS y JavaScript, tecnologías que no habían sido implementadas del todo en aquellos años, y que los navegadores antiguos no pueden interpretar correctamente. La velocidad del enlace es de unos 31.2 kilobits por segundo, y eso significa que todo es lento, incluyendo sitios a los que hoy consideramos relativamente livianos. Aún al momento de obtener archivos de su servidor, la descarga promedia los 3 kilobytes por segundo, un número normal para finales de los ’90.
En resumen, la experiencia de usar dial-up para ingresar a la Web moderna es puro dolor. Llegamos por la nostalgia y celebramos el trabajo de Gough, pero nos vamos un poco asustados. Más allá de los buenos recuerdos, no podemos volver a esas velocidades jamás…
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