La agencia DARPA intenta, desde hace unos cinco años, construir un colibrí robótico que resulte prácticamente indistinguible de uno real. Hemos sido testigos de los avances producidos a lo largo de ese tiempo, maravillándonos con cada vídeo que los responsables del proyecto han puesto a nuestra disposición. En las ultimas horas se liberó un nuevo cortometraje que muestra, paso a paso, las etapas que ha ido atravesando el desarrollo de este pequeño robot. Las imágenes son impresionantes.
Lograr que un robot vuele es todo un desafío. Cualquiera que haya construido o pilotado un avión radiocontrolado habrá notado las dificultades que entraña dicha tarea. Pero volar “agitando alas” es mucho más difícil aún. Los pájaros se han tomado varios millones de años para lograrlo, desechando en el camino ciento de miles de “ideas evolutivas” poco felices. Hace unos cinco o seis años, la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA, por Defense Advanced Research Projects Agency) estadounidense se propuso construir un colibrí robótico, una “aeronave” que resultase prácticamente indistinguible de un ave real.
La empresa de tecnología AeroVironment firmó en 2009 un contrato con DARPA para, a cambio de de 2,1 millones de dólares, encarar seriamente el diseño de los que dieron en llamar “nanovehículos aéreos” (NAV, por Nano Air Vehicles), cuyo primer objetivo sería el citado dispositivo. El vídeo anterior resume los avances obtenidos en este proyecto desde que estuvo listo el primero prototipo hasta las ultimas pruebas realizadas. Es imposible no maravillarse ante las mejoras que cada muevo prototipo aporta. Es innegable que disponer de un suculento presupuesto y un ejercito de ingenieros dispuestos a trabajar miles de horas en pos de un objetivo puede hacer maravillas por un proyecto. DARPA tiene mucho interés en el desarrollo de este colibrí robótico, ya que pertenece a esa clase de proyectos con potenciales aplicaciones en el campo de la defensa.
Los ingenieros de AeroVironment han copiado la “anatomía” del pájaro más pequeño del mundo, el colibrí (de la familia Trochilidae) y los resultados hablan por si solos. Dotado de una cámara, como se ve en la ultima parte de vídeo, podría convertirse en un espía ideal para ser empleado en zonas abiertas, donde pasaría casi desapercibido