Todo cambió para siempre cuando William Higinbotham creó Tennis for Two en un osciloscopio. A partir de allí, los juegos electrónicos dejaron de ser simples experimentos o pruebas de concepto, y se volcaron con más fuerza hacia el entretenimiento. Nuevo hardware y nuevos lenguajes dieron lugar a un drástico aumento en la calidad de los juegos, la cual se vio reflejada principalmente a través de los gráficos. El vídeo que vamos a compartir a continuación nos enseña qué tan lejos hemos llegado en lo visual y lo físico.
Desde simples líneas que representan una cancha de tenis hasta el vídeo 4K. De dos bloques moviéndose en su eje vertical a escenarios completos con destrucción realista y efectos físicos en tiempo real. Trata de recordar la primera vez que jugaste a un videojuego. Recuerda sus gráficos, sus colores… y haz la comparación con lo que existe ahora. En lo personal llegue a disfrutar de la última fase del Atari 2600, con River Raid, Pitfall, Volleyball y Boxing (ambos de la serie RealSports), y luego me trasladé al Commodore 64, disfrutando del Giana Sisters, Microprose Soccer, Pole Position, Out Run, Pitstop 2, y más. Hoy, todos esos juegos están a nuestro alcance gracias a los emuladores, ejecutados en sistemas con un poder de procesamiento escalofriante… pero lo cierto es que necesitamos ese poder. ¿Por qué? Sólo basta con ver este vídeo para entenderlo:
Sí, es imposible que una lista de esas características sea perfecta, por el simple hecho de que resulta imposible mencionar a todos los juegos. Sin embargo, vemos una buena selección entre los pioneros (Spacewar, Computer Space, Pong), los primeros intentos de 3D con los trucos de perspectiva y el wireframe (Battlezone), la adopción de polígonos (Winning Run, Hard Drivin’), el avance en la física, mayor énfasis en la velocidad (Sonic Adventure), y finalmente una explosión en calidad con títulos que pusieron de rodillas a los ordenadores de la época (Doom 3, F.E.A.R., Crysis). Las consolas están muy bien representadas con Gears of War y Ryse: Son of Rome, al igual que el género multijugador con Battlefield 1.
Ahora, no es casualidad que los últimos dos juegos sean exclusivos de la PlayStation 4. Más allá de las similitudes entre el hardware de las consolas de última generación y el enorme potencial de los ordenadores de alta gama, no podemos negar que Horizon Zero Dawn y God of War son obras de arte. ¿La buena noticia? Hay cosas aún mejores en el horizonte.
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