Al comparar precios entre modelos, casi todo el mundo se queda con la boca abierta. Mientras que un ratón genérico cuesta menos de cinco euros en línea, un ratón gaming puede superar con comodidad la barrera de los 60 euros. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre un ratón gaming y uno común? Hoy vamos a explorar algunos de los aspectos más importantes.
Personalización
Un ratón común es uno de los ejemplos más contundentes de Plug & Play que puedes encontrar hoy: Una rueda, dos botones (o tres, si la rueda funciona como tercer botón), lo conectas, y eso es todo. Puedes invertir la prioridad de los botones si eres zurdo en el sistema operativo, pero nada más.
En cambio, un ratón gaming busca adaptarse a las exigencias del usuario, y ofrece acceso a ciertos parámetros de configuración que en un ratón tradicional no se encuentran disponibles. En la gran mayoría de los casos, dichos parámetros son modificados con la ayuda de software propietario, pero hay modelos con botones físicos que modifican el comportamiento del ratón gaming sin necesidad de instalar aplicaciones.
DPI y Polling Rate
DPI significa «Dots per inch» o puntos por pulgada, aunque algunas compañías utilizan CPI, «Counts per inch». Este valor expresa la cantidad de pasos que un ratón reportará al moverse una pulgada. Como es de esperarse, existen muchas diferencias entre fabricantes: Algunos hablan de «velocidad», otros de «sensibilidad», y otros de «aceleración». En un ratón convencional, el promedio oscila entre 300 y 1.000 DPI. Sin embargo, el valor de DPI se convirtió en recurso de marketing para los ratones gaming, y hoy encontramos modelos con números absurdos.
El polling rate, también conocido como «velocidad de respuesta» (así lo llama Logitech), mide la cantidad de veces que un ratón reporta su estado y posición al ordenador, expresado en Hertz. Es muy raro encontrar a un ratón común con un polling rate superior a 250 Hz, pero la historia es diferente en un ratón gaming. Un polling rate de 500 Hz equivale a una actualización cada dos milisegundos, mientras que 1.000 Hz la reduce a un milisegundo. Algunos jugadores juran sobre ese milisegundo de diferencia, especialmente en títulos competitivos como CS:GO.
Ajustes de peso
Tan sencillo como suena. Algunos jugadores prefieren ratones más livianos, y otros van en la dirección contraria. Algo similar sucede con los switches de los teclados mecánicos: En lo personal los prefiero muy pesados, pero los Cherry MX Red son muy populares por ser livianos y lineales. Hay modelos que vienen con pesas especiales, y otros poseen agujeros en sus carcasas (usualmente siguiendo un patrón de colmena) para reducir la cantidad de material. Con un poco de creatividad podrás modificar el peso de cualquier ratón.
Ratón gaming: Botones
Tal y como lo mencionamos en la sección de personalización, un ratón normal no cuenta con más de dos o tres botones. Para los ratones gaming… digamos que el cielo es el límite. Muchos usuarios celebran la posibilidad de transferir comandos del teclado al ratón, y hay juegos que definitivamente saben aprovechar los botones adicionales (Doom Eternal viene a la mente).
A eso debemos sumar la creación de macros. Algunos juegos no ofrecen piedad con las combinaciones de teclas que demandan, y reducir ese caos a presionar un botón en un ratón gaming cambia nuestra experiencia por completo. De todas maneras hay que tener cuidado: Ciertos sistemas de anti-cheat no ven con buenos ojos el uso de macros.
Sensores y switches
Lo más complicado para lo último. Mientras que un sensor sólo necesita ser «lo suficientemente bueno» en un ratón convencional para cumplir con sus funciones básicas, las supuestas virtudes de los sensores en ratones gaming han dado lugar a más de una flame war en la Web. Un número alto de DPI no sirve de nada si el sensor es de baja calidad, o exhibe un comportamiento errático cuando se lo lleva al límite. La clave es encontrar la mejor relación precio-rendimiento. Hay que investigar mucho: Es muy fácil pagar de más por un ratón gaming, y lo último que queremos es descubrir que posee un sensor mediocre.
Otro aspecto que ha ganado mucha relevancia en los ratones gaming es el de los switches o interruptores. De hecho, algunos fabricantes implementaron el soporte de hot-swapping, que nos permite reemplazar interruptores sin usar un soldador. Parámetros de latencia y «clickyness» entran en juego aquí, pero al igual que sucede con los teclados, la última palabra la tiene cada jugador.
La diferencia entre un ratón gaming y uno común: En resumen
- Las diferencias entre un ratón normal y un ratón gaming son muy importantes, pero antes que nada, esas diferencias deben ser útiles para ti.
- Existe cierto consenso sobre los cuatro parámetros esenciales que definen a un buen ratón gaming: Comodidad, durabilidad, precisión y precio.
- La «carrera de los DPI» es un mito. Algunos sensores son forzados a trabajar con valores superiores, produciendo resultados negativos o introduciendo anomalías que perjudican al jugador.
- El RGB se ve bien en muchos modelos, pero no te dejes engañar. Algunos ratones genéricos de muy baja calidad se esconden detrás de un manto de RGB.
- No estás obligado a comprar un ratón gaming. Si bien son valiosos en títulos ultra-competitivos de alta velocidad y precisión, muchos juegos dependen del ratón para comandos muy básicos, y nunca falta el port defectuoso que jamás logra traducir correctamente sus controles de gamepad a ratón.
Si tienes alguna duda, no lo pienses dos veces y deja un comentario. Por supuesto, también extendemos esa invitación si crees que nos faltó algo y quieres compartir tus propias experiencias con ratones gaming.