La acusación fue presentada por la Comisión Australiana de Competencia y Consumidores (ACCC – Australian Competition and Consumer Commission), argumentando que los enlaces patrocinados son engañosos.
La ACCC alega que Google omite hacer la distinción necesaria entre anuncios pagos y resultados normales generados por la herramienta de búsqueda. La demanda tiene su base en el incumplimiento del Acta de Prácticas de Intercambio de 1974, pues los enlaces patrocinados se parecen mucho a los resultados de una búsqueda normal y esto se ve como un engaño al usuario. Según Christine Adamson – de la ACCC – Google hace creer a la gente que el ranking de los resultados de las búsquedas no está influenciado por el pago de los anunciantes, y los engaña disimulando los enlaces patrocinados al fusionarlos entre los resultados de una búsqueda.
Parte de la denuncia – que fue dirigida también a la empresa australiana Trading Post – tiene su origen en unos enlaces patrocinados del 2005. Según la ACCC, los nombres de dos competidores de Trading Post aparecieron en forma de AdWords en la página de Google, con enlaces que llevaban al sitio Web de Trading Post.
Google niega las fechorías que se le atribuyen y asegura que luchará vigorosamente contra las acusaciones, sin importar cuan decidido esté el gobierno australiano en el asunto. Este no es el primer juicio que enfrenta Google, y sin dudas no será el último tampoco. El mismo fue aplazado hasta el 4 de Octubre y ya genera una sensación de incomodidad que va más allá del gigante de la Web. Después de todo, el juicio se orienta más que nada a los enlaces patrocinados, una gran fuente de ingresos para cualquier proveedor de motores de búsqueda.