El Endeavour tenía unos zapatos muy grandes por llenar. El Congreso de los Estados Unidos aprobó su construcción en 1987 para reemplazar al mismísimo Challenger, que había explotado como un petardo en vivo un año y medio antes. Y vaya si los llenó. 25 misiones, casi 300 días en el espacio, 4.600 órbitas al planeta Tierra, doce visitas a la Estación Espacial Internacional, y la despedida de un héroe. Hoy, el Endeavour descansa en el Centro de Ciencias de California, pero el fotógrafo Ben Cooper tuvo el privilegio de fotografiar su interior, completamente encendido, antes del final.
Muchos creen que Endeavour fue el último transbordador espacial en volar, pero ese detalle pertenece a Atlantis, que formó parte de la misión STS-135. No importa, no es una cuestión de competencia. Atlantis se encuentra en el Centro Espacial Kennedy, en Florida. El Endeavour fue enviado al otro lado del país, para su instalación definitiva en California. Y el fotógrafo Ben Cooper lo registró con su cámara de una forma magistral: Su cabina completamente encendida, como si estuviera listo para otra misión. El resto de las imágenes revelan diferentes aspectos del transbordador, pero una de las secciones es particularmente conmovedora, con miles de firmas en sus paredes…
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