Las ventajas de la fotografía digital son contundentes, pero aún quedan muchos entusiastas y profesionales allá afuera que además de trabajar con películas, siempre están dispuestos a experimentar introduciendo elementos aleatorios. En el caso de la fotógrafa Kate Miller-Wilson, se trata de electricidad estática. Básicamente, lo que hace es tomar sus películas 4×5 y someterlas a un choque eléctrico, creando así exposiciones dobles y patrones de luz que de otro modo serían imposibles de reproducir…
Por supuesto, el proceso no está libre de riesgos. Las películas 4×5 tienen buena disponibilidad, pero no se las conoce por ser económicas, y las pérdidas son importantes. Al introducir estática, la fotógrafa cede todo el control creativo, y cualquier idea de manipular forma o intensidad queda automáticamente descartada.
Su equipo está compuesto por una cámara Zone VI 4×5, una lente Schneider Xenar 150mm f/3.5 del año 1928, y películas Ilford Ortho Plus blanco y negro… pero lo más interesante es la fuente de estática. Se trata de una Máquina Wimshurst, diseñada por el inventor británico James Wimshurst entre 1880 y 1883. Una rueda, una palanca, dos electrodos, y una hermosa chispa que salta de uno al otro.
Dentro de un cuarto oscuro y bajo luz roja de seguridad, Kate toma cada lámina de película con un guante, la coloca entre ambos electrodos, y hace girar la rueda. La única opción para la electricidad estática es atravesar la película, y en más de una ocasión la destruye de inmediato, pero hay veces en las que el revelado entrega resultados maravillosos…
Fuente: PetaPixel