El avance de las mal llamadas “ciencias alternativas” se muestra imparable a pesar de las sospechas que sobre ellas recaen. Se acumula evidencia empírica sobre la eficacia de estas técnicas en cantidad suficiente como para evitar cualquier duda razonable y sin embargo persisten en el tiempo. Ahora se presentan nuevos estudios científicos que demuestran tozudamente la verdadera eficacia de este arte de asaetearnos el cuerpo a base de largas agujas.
Para empezar, este tratamiento ancestral chino, no es ancestral, y probablemente ni siquiera es chino. De los documentos más tempranos, el del estudioso de la cultura china Paul Unschuld propone que la idea podría haberse originado en la Grecia Hipocrática y haber sido importada a China más tarde. Definitivamente lo que no tiene son 3.000 años de antigüedad. Los textos médicos chinos más antiguos que datan del tercer siglo de nuestra era no la mencionan. La referencia más temprana al uso de agujas es del año 90 de nuestra era, pero hablan de sangrados con grandes agujas o incluso lanzas. No hay nada en esos documentos que sugiera una disciplina como la acupuntura actual. Existen evidencias arqueológicas de agujas de esa época y son demasiado grandes como para parecerse ni de lejos a las actuales. La tecnología para fabricar diminutas agujas de acero como las apropiadas para la acupuntura no ha existido hasta hace unos 400 años. La referencia más temprana de una influencia china en la medicina de Occidente data del siglo trece. Y no menciona en absoluto la acupuntura. El primer occidental en escribir sobre la acupuntura, Wilhelm ten Rhijn, en 1680, no la describe como la conocemos hoy. No menciona puntos específicos o qi, habla de grandes agujas que se clavan en el cráneo y son dejadas actuar durante 30 respiraciones.
Durante comienzos del siglo veinte, ninguna referencia occidental a la acupuntura se refiere a los famosos puntos. Simplemente se clavaban agujas cerca de donde dolía. El qi era originalmente el vaho desprendido por los alimentos, y los meridianos eran recipientes. Fue un francés, Georges Soulie de Morant, el primero en utilizar el término meridiano y en asociar el qi con la energía. Corría el año 1939. La acupuntura auricular también fue inventada por un francés en 1957. El gobierno chino intentó prohibir la acupuntura varias veces entre 1822 y la Segunda Guerra Mundial, durante el gobierno nacionalista chino. Mao la recuperó como parte de su campaña del «médico descalzo» en los años sesenta como una forma barata de aplicar la medicina a las masas. Pero nunca la probó él mismo porque no creía que funcionase. Fue el gobierno de Mao el que acuñó el término «medicina tradicional china». Hoy en día se utiliza principalmente para aliviar el dolor, pero incluso los primeros acupuntores chinos mantenían que la acupuntura no es tratamiento para ninguna enfermedad, que su funcionamiento es tan sutil que sólo debería ser empleada al comienzo de la disfunción, y que sólo puedes esperar que funcione si el paciente cree que va a funcionar.
Han sido llevadas a cabo dos revisiones sistemáticas separadas de datos que demuestran que la acupuntura es un tratamiento efectivo para la prevención de dolores de cabeza y migrañas. Pero los resultados también sugieren que procedimientos falsos, en los que las agujas son insertadas de forma incorrecta, pueden ser igualmente efectivos. “Gran parte del beneficio clínico de la acupuntura podría ser debido a efectos no específicos de las agujas y a potentes efectos placebo, lo que significa que la selección de puntos de agujas específicos puede ser menos importante de lo que muchos practicantes han argumentado tradicionalmente”, dijo el investigador principal de ambos estudios, Klaus Linde, quien trabajo en el Centro de Investigación Médica en la Universidad Técnica de Munich en Alemania. En cada uno de los nuevos estudios, los investigadores han tratado de establecer si la acupuntura podía reducir la ocurrencia de los dolores de cabeza. Un estudio se centró en dolores de cabeza “del tipo tensión” suaves o moderados pero frecuentes, mientras que el otro se centró en los más severos pero menos frecuentes, normalmente conocidos como migrañas. Juntas, las dos revisiones incluyeron 33 ensayos, implicando un total de 6736 pacientes.
Los hallazgos, detallados en la revista Cochrane Database of Systematic Reviews:
• Siguiendo un curso de al menos ocho semanas, los pacientes tratados con acupuntura sufrían menos dolores de cabeza generales comparado con aquellos a los que sólo se les daba analgésicos.
• En el estudio de la migraña, la acupuntura tuvo un índice superior a tratamientos reales con medicamentos preventivos, pero los tratamientos falsos no fueron menos efectivos.
• En el estudio de los dolores de cabeza por tensión, la verdadera acupuntura era ligeramente más efectiva que los tratamientos falsos.
Los resultados indican que la acupuntura podría usarse como alternativa a aquellos pacientes que prefieren no usar tratamientos con medicamentos, y adicionalmente puede dar como resultado menos efectos colaterales, de acuerdo con las investigaciones realizadas. Esto es, que la acupuntura sólo alivia porque la gente cree en ella y genera un potente efecto placebo. Por eso debemos ser muy cautos a la hora de elegir este tipo de alternativas pues podemos caer en la tentación de sustituir un tratamiento médico en una patología que no admita mejoras por sugestión y entrar en una fase de empeoramiento que nos podría llevar a la muerte en casos extremos. Si vamos a usar la acupuntura nunca debemos olvidar que ese es su principio de funcionamiento: la sugestión.