GIMP es la propuesta de código abierto para pelear, desde su digna humildad, a los leviatanes del software propietario como Photoshop que arrasan en la industria del diseño gráfico con suites que cada vez son más innovadoras (y caras). Pero no está solo. Del otro lado está Krita, perteneciente al proyecto KDE que tiene funciones que en parte superan a las de GIMP en cuanto a la composición artística en detrimento del retoque fotográfico cotidiano. ¿Será una alternativa final a GIMP o en menor grado a Photoshop, o quedará como una propuesta sólida para complementar las funciones del viejo editor open source?
Por esta ilusión de competencia que se sostiene gracias al uso de plugins, el querido GIMP se ha convertido en todo un concepto en cuanto al software libre, y seguramente los que utilizan Linux sabrán a lo que nos referimos cada vez que se encuentran ante una nueva actualización y revisan el changelog en busca de esas funciones que, todavía, GIMP olvida. En la última versión asequible, GIMP mostró novedades que se esperaban hace mucho, pero mientras lo revisábamos nos topamos con un software de la misma especie; aunque con diferente estructura. Hablamos de Krita, algo así como una alternativa más artística a GIMP y Photoshop.
Krita pertenece al proyecto KDE, y según sus responsables, las capacidades de esta suite de edición de imágenes se ha encaminado más hacia la composición artística que para el –siempre según ellos- el retoque gráfico que permite GIMP. A simple vista, la aplicación tiene capacidades como la de usarse “desarmada” o armada. Es decir, con ventanas flotantes para cada una de sus herramientas como en el anterior GIMP o en pantalla completa a lo Photoshop. Las herramientas dispuestas sobre su cómoda estructura muestran editores de colores, sombreados, patrones y capas a un nivel bastante intuitivo y con un aspecto visual más moderno. En lo que hace a potencia gráfica para retoques, Krita se queda un poco detrás al extrañarse el content-awarede Photoshop y de GIMP, aunque supera a GIMP en soporte de imágenes compuestas por configuraciones CMYK, Lab, RGB y además tiene perfiles para colores fáciles de activar, como en Photoshop.
Las capas siempre fueron un problema en GIMP, y sólo en la última versión se vieron mejoras al respecto. En Krita el problema parece resuelto con la introducción de capas interactivas o de ajuste, algo que Photoshop presenta a medias y sin tantos filtros aplicables. Por supuesto, y aquí un punto flojo más en Krita, el uso de RAM para estas funciones avanzadas es estratosférico. Otras funciones de Krita valorables son el resto del sistema de capas, la cantidad y capacidad de los pinceles, visores de imágenes internos y herramientas para trabajar en perspectiva que son una delicia. Por ahora hay versión sólida para Linux, pero en breve Krita tendrá disponibles los binarios para Windows y Mac.
A nuestro parecer, Krita tiene algunas ventajas pero también algunas falencias sobre GIMP (contra Photoshop pierde por goleada lamentablemente), pues como hemos dicho al principio de la nota, una aplicación pone más énfasis en el retoque cotidiano y otra en lo artístico, lo que hace que a Krita le falten opciones básicas en algunos casos. Además, incluso siendo mejor en tratamiento de vectoriales el soporte de tabletas es peor que el de GIMP, y por último Krita no cuenta todavía con la potencial evolución que le da a GIMP su comunidad (cuando está activa, claro). Sin embargo y en un recuento más detallado, la lucha queda palmo a palmo, y es el usuario final quien deberá decidir según sus necesidades qué programa le sirve más para aquello que generalmente realiza.
