Los Kilobots desarrollados por la Universidad de Harvard son viejos conocidos aquí en NeoTeo. La primera vez que nos cruzamos con ellos fue a mediados de 2011, y después los vimos actuar un par de veces más. En esta ocasión, el enjambre nos demuestra que el conjunto puede ser mucho más que la suma de sus partes, trabajando como un verdadero equipo capaz de adoptar diferentes formas bidimensionales.
Uno de los primeros desafíos que enfrentaron en la Universidad de Harvard al momento de desarrollar a los Kilobots fue el del costo. La robótica puede volverse muy cara ante el primer desvío, pero el parámetro de un enjambre automáticamente impone el requerimiento de un costo muy bajo por unidad. A simple vista, un solo Kilobot parece poca cosa: Un controlador Atmel, una batería, una pequeña luz infrarroja como método de comunicación, y dos motores que lo ayudan a “vibrar” para desplazarse. El costo original calculado por Harvard fue de 20 dólares por cada Kilobot, fabricando un mínimo de mil unidades. El enjambre que vemos en acción hoy asciende a exactamente 1.024 robots, por lo tanto, esta marea de Kilobots representaría más de 20 mil dólares en hardware.
La idea principal del proyecto es reproducir artificialmente el trabajo colectivo que algunas especies realizan en la naturaleza, como hormigas y abejas. Pero los Kilobots no sólo necesitan órdenes, sino también energía. Cargar individualmente a 1.024 robots es una pesadilla, y la solución fue “atraparlos” entre dos superficies conductivas. Acto seguido, todos los robots reciben la figura que deben reproducir, y cuatro de ellos asumen el rol de indicadores para establecer tanto la posición inicial como la orientación, haciendo que los Kilobots trabajen todos en la misma dirección. La figura es interpretada por un poderoso algoritmo, y de forma lenta pero segura, los pequeños robots comienzan a moverse.
¿Cuánto pueden llegar a tardar? El vídeo revela que en los primeros dos ejemplos, los Kilobots necesitaron más de once horas para completar su tarea, mientras que la figura de una llave de tuercas demandó casi seis horas. La coordinación entre las unidades es fundamental debido a que los Kilobots son propensos a cometer errores por sí solos. El funcionamiento del enjambre es definitivamente impresionante, y a la vez un poco perturbador. Salvo por la carga inicial de la figura y la restauración de sus baterías, no requieren intervención humana para cumplir con su objetivo. Más que en Skynet, esta vez estoy pensando en los “Replicators” de Stargate SG-1…