El telescopio espacial Kepler de la NASA acaba de descubrir el planeta extrasolar más pequeño de todos los que se han localizado hasta hoy. Posee un diámetro de solo 1.4 veces el de la Tierra, y a diferencia de otros encontrados antes, los astrónomos poseen pruebas de que es lo suficientemente denso como para estar compuesto de rocas. Lamentablemente, Kelper-10b difícilmente sea apto para la vida , ya que orbita en torno a su estrella a una distancia veinte veces menor que la que separa a Mercurio del Sol.
En las últimas décadas hemos descubierto más de 500 planetas extrasolares. El catálogo de mundos disponibles fuera de nuestro sistema solar sigue sumando elementos, y seguramente la mayor parte de ellos serán descubiertos por la sonda espacial Kepler, el telescopio espacial de la NASA especializado en este tipo de observaciones. El último de estos planetas acaba de ser descubierto justamente por Kepler, y por su tamaño, es el más parecido a nuestro planeta de todos los hallados hasta el momento. Se trata de Kepler-10b, un planeta que posee un diámetro solo 1.4 veces más grande que la Tierra -recordemos que los primeros exoplanetas hallados eran aproximadamente del tamaño de Júpiter- y su densidad (4.6 veces la terrestre) evidencia su naturaleza sólida.
No hay dudas de que la sonda Kepler está haciendo muy bien su trabajo. Hubiese sido casi imposible encontrar un planeta tan pequeño como este sin su ayuda. Lamentablemente, y a pesar de no ser un gigante gaseoso, difícilmente este planeta pueda ser habitado por los humanos alguna vez. A pesar de su naturaleza sólida, Kepler-10b describe una órbita muy cercana de su estrella, lo que hace se encuentre a una distancia 20 veces menor a la que separa a Mercurio de nuestro Sol, muy alejado de la denominada “zona habitable”. Esto hace que su temperatura media sea de unos 1400 grados centígrados, mucho mayor que la que pueden soportar los organismos vivos que conocemos. Douglas Hudgins, uno de los científicos de la NASA que forma parte del equipo a cargo de Kepler, dice que “el descubrimiento de Kepler 10-b es un hito en la búsqueda de planetas hermanos de la Tierra“, y sin dudas lo es. A pesar de que no se encuentre en la franja habitable, el solo hecho de que hayamos sido capaces de detectarlos es un claro indicio de que vamos por el buen camino. De los más de 500 planetas hallados, solamente Gliese 581g –descubierto en 2010– sería habitable. Tiene una masa de entre 3,1 a 4,3 veces la terrestre y un radio de 1,3 a dos veces. Pero es muy posible que pronto hallemos otros como él.
