El maremoto provocado por Julian Assange tiene visos de convertirse en un verdadero tsunami planetario. Acaba de aparecer la versión española de Wikileaks, que promete seguir los estándares de la web capitaneada por el valiente australiano y filtrar todo tipo de documentos que les sean enviados por personas anónimas que disponen de información comprometedora. Por ahora, se trata sólo de una página regional, dedicada en exclusiva a Canarias, pero esto tiene pinta de extenderse como mancha de aceite. Pues bienvenida sea la mancha de la verdad.
Las peores pesadillas de los gobiernos se están haciendo realidad en forma de web con nombre acabado en “leaks”. Esa palabra provoca auténtico pavor entre las filas de los políticos porque augura que va a hacerse público algo que ellos detestan: la verdad.
Julian Assange ya se ha convertido en un héroe mundial que la población aclama con admiración, a la par que es odiado a muerte por el aparato político de los estados y por una minoría de personas que les gustaría verle muerto; simplemente por decir la verdad. Y es que no hay cosa más incómoda que ver tus miserias colgadas en Internet y sometidas al escrutinio público para que se las pueda juzgar. Pues bien, como ya adelantaban algunos, esta moda de filtrar documentos de interés público se empieza a extender como reguero de pólvora encendido. Y el primer imitador nacional que ha salido se llama Kanarileaks, una web que comparte filosofía con la página de Assange y que tratará de filtrar información relacionada con el archipiélago canario.
Uno de los promotores de la página afirma que "en Canarias hay tanta corrupción que aspiramos a ser una vía de escape para que la sociedad airee documentos y cualquier cuestión de interés desde la confidencialidad y el anonimato, bajo la premisa de que la información es libertad". Y anima a cualquier persona que tenga acceso a documentos interesantes que se pongan en contacto con ellos y que se encargarán de analizar la información para contrastar su veracidad. Por supuesto, garantizarán el anonimato de aquellos que envíen datos comprometedores, sea quien sea.
Funcionarios, políticos, abogados, periodistas y en general cualquier persona que esté al tanto de información relevante podrá remitir los documentos con garantía absoluta de confidencialidad. Los nombres y datos de personas que no tengan nada que ver con el centro de la noticia, serán protegidos y eliminados de las fuentes para evitar un escarnio público innecesario. La organización garantiza los derechos de todos ellos.
En Kanarileaks participan dos grupos de profesionales, unos en activo y otros en paro, que han decidido crear esta organización, sin ánimo de lucro, para ofrecer a los ciudadanos un portal del estilo Wikileaks donde todo el mundo pueda acceder a la información que los poderes públicos y privados nos niegan. El proyecto quiere ser serio, riguroso y fiable. Los promotores llevan varios meses diseñando y perfeccionando el sistema para que sirva con eficacia a las pretensiones de sus creadores: “ayudar a la sociedad a que se acerque a su ansiada libertad”.
El efecto dominó ha iniciado la propagación y ya se escuchan rumores de que el resto de comunidades autónomas crearán sus propios “leaks” en no mucho tiempo ¿Valdrá para algo todo esto? ¿Permitirán los gobiernos la existencia de estas páginas? ¿Estamos ante una verdadera revolución de la sociedad civil o quedará en una mera anécdota que contaremos a nuestros hijos dentro de unos años?
