Veinte años atrás, nuestros padres insistían con la idea de que pasar todo el día frente a una pantalla era «una pérdida de tiempo». Hoy, los e-sports mueven millones de dólares, y como si eso fuera poco, los videojuegos tienen la capacidad de mejorar nuestra coordinación visomotriz al conducir. A esa conclusión llegó un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Hong Kong, y la NYU Shanghái. Una sesión de apenas cinco horas puede mejorar notablemente la habilidad frente al volante, aún si el conductor no es un jugador frecuente.
Los videojuegos demandan cierto nivel de destreza, de eso no hay dudas. El problema es que en la mayoría de los casos, dicha destreza no es apreciada como corresponde. También es necesario reconocer que «nos oxidamos» con el paso del tiempo. Algunos títulos que eran muy sencillos para mí cuando tenía 11 o 12 años hoy son una verdadera pesadilla, y calculo que a muchos de nuestros lectores les ha pasado algo similar. Tal vez el concepto de que la mente es una esponja en la niñez y un ladrillo en la adultez sea aplicable aquí, pero el punto es que jugar tiene sus beneficios, independientemente de la edad. Algunos liberan estrés, otros buscan «desconectarse» por un rato, y ahora llega un estudio que indica mejoras considerables en la coordinación visomotriz, lo que podría optimizar nuestro rendimiento a la hora de conducir.
El estudio, preparado por investigadores de la Universidad de Hong Kong y la NYU Shanghái (esfuerzo combinado entre la Universidad de New York y la Universidad Normal del Este de China), se dividió en dos partes: Primero se estableció una relación entre la habilidad con los videojuegos y la calidad de conducción, desafiando a jugadores experimentados a mantener un coche simulado dentro de un carril durante 95 segundos con vientos cruzados fuertes. Al comparar los resultados con los de aquellas personas que no juegan, el primer grupo obtuvo una ventaja muy superior. Después, el objetivo fue determinar la cantidad mínima de experiencia o «exposición» a los videojuegos, y así transformarla en un beneficio detectable para los conductores «no jugadores».
El grupo de no jugadores fue dividido, con una mitad enfocada en Mario Kart, y la otra en RollerCoaster Tycoon III. En total se desarrollaron diez sesiones de una hora para cada juego, pero con apenas cinco horas acumuladas, los jugadores de Mario Kart ya superaban por un amplio margen a los que seguían «estancados» en RCT3. Un aspecto muy llamativo del estudio es que también declara a los FPS (en este caso específico, Unreal Tournament) aún más efectivos al momento de mejorar nuestra forma de conducir. En resumen: Antes de sentarse frente a un volante, es probable que muchas personas allá afuera primero deban tomar un gamepad.