Hay algo zen en romper cosas, y mucho más cuando no es uno el que tiene que recoger los pedazos. Y también hay algo especial en esos juegos online que utilizan la física en pos de la destrucción. Unidos, son dinamita. ¿Un mal día en la oficina? ¿Te peleaste con tu novia? ¿Tus padres te hacen la vida imposible? ¿Odias a la humanidad? ¡Nada de lo que preocuparse, chaval! Crush the Castle es pura terapia. Mira tú, ¡un juego que te ahorra ir al psicólogo!
Los juegos online no fueron pensados, en primera instancia, para jugar desde el hogar. Cuando comenzaron a pulular por la red de redes se los llamó minijuegos, y por una justa razón. Estaban pensados, en su mayoría, para un recreo de oficina, para ofrecernos apenas unos minutos de distracción. Y aunque muchos de estos juegos han evolucionado al punto de que le hacen competencia a los salidos de grandes casas desarrolladoras, otros han mantenido esa premisa: un juego flash es un recreo, algo fácil de jugar y simple de entender, que se pueda abandonar en cualquier momento, sin que sintamos que estamos perdiendo algo realmente importante.
En ese rubro podemos encontrar una gran variedad de juegos casuales. Apilar cosas, combinar gemas, proteger tal estructura, construir tal tontería, etc. Un papel importante es el que juega la física. Con la entrada de la física ragdoll al mundo online, los juegos casuales sufrieron una transformación absoluta. Basta ver títulos como Ragdoll Canon, Equanimity, 99 Bricks: Legend of Garry, Impulse: J5 Nights, Roly Poly Eliminator, Red Star Fall Pro y Avalancher, solo por nombrar algunos.
Crush the Castle, dentro de este estilo, fue uno de mis juegos preferidos. Eso sí, me pareció demasiado corto y eso fue una lástima. Es que había encontrado en la destrucción masiva de edificios virtuales una terapia sin igual. ¡Odio hacer fila en el banco! PUM. ¡Odio el tráfico! PUM. ¡Odio los comentarios en mayúsculas! PUM. Cada uno de mis “problemas” caían con los muros, cada PUM me aliviaba de la tensión de todos los días. Por suerte, Crush the Castle (el original) incluyó un editor de niveles, en el que pudimos seguir experimentando con la ira. Y esos niveles creados por los usuarios ahora están disponibles en un pack: Crush the Castle: Players Pack.
Crush the Castle: Players Pack es idéntico a su predecesor, nada más que tiene niveles mucho más originales, construidos por una comunidad dispuesta y deseosa de que sus niveles fueran incluidos. El objetivo es matar a todos los tíos y tías dentro del castillo, usando un trabuquete como arma. Calcula bien el disparo, suelta la o las piedras y mira qué bonito lo que sucede. Un juego similar, y casi tan relajante como Crush the Castle: Players Pack es Ice Castle Blaster, es muy dinámico y la única diferencia es que aquí hay que destruir el castillo por completo, no solo a los que viven dentro.
¿Más destrucción de la que hace bien al alma? Destroy the Wall, en el que juegas con una pelota que debe derribar una pared. ¿Algo más extremo? Demolition City es genial, aquí no usamos ni trabuquetes, ni catapultas, sino explosivos. KABOOOM. ¿Otro con explosivos? Building Blaster, que permite poner los relojes de las bombas en diferentes segundos, para potenciar aún más la destrucción. Opciones no faltan, y reitero lo dicho, juega Crush the Castle: Players Pack y ahórrate la ida al psicólogo.
