Se dice por ahí que una de las maneras de suspender el tiempo lineal es tomándose un rato. Parece una paradoja, porque un rato también es tiempo. ¿Pero cuánto tiempo es un rato? Imposible decirlo, pero suele ser el tiempo suficiente para hacer lo que quieres hacer, sin estar pendiente del paso del otro tiempo, del que te apura. “Me tomo un rato” es entrar a una dimensión más armónica con nuestros deseos, es sustraerse de la tiranía del tiempo lineal, el mismo que nos obliga a cumplir las obligaciones del día a día y que suele ir de la mano del mandato de ser productivo. Porque uno nunca se toma un rato para adelantar el trabajo de mañana. En todo caso, adelanta el trabajo de mañana, para mañana tomarse un buen rato. El hombre como resto, y toda esa cantinela. Ven, escápate de la trampa. Al menos por un rato.
QWOPTERZ: Segundos, eso es lo que vas a durar en QWOPTERZ. Y muy pocos. Al principio, cuatro o cinco como mucho. Porque estoy seguro que nuestros cerebros no pueden manejar cuatro helicópteros a la vez y evitar que choquen contra los cubos de colores. Por eso, y salvo que seas Neo, lo mejor es controlarlos como un bloque. El problema es que tarde o temprano se terminan desacomodando, y ahí es cuando la cosa se pone fea. Es que naturalmente los helicópteros tienden a descender. Para elevarlos, tienes que presionar la tecla designada a cada uno: Q, W, O o P (de allí el nombre). Por suerte, los helicópteros solo pueden chocar contra los cubos de su mismo color. Igual es bastante difícil pensar tan rápido en colores, así que al principio es más fácil esquivar todo. ¿Existirá una persona capaz de controlar los cuatro helicópteros por separado?
Out of Wind: Todo estaba tranquilo en el pueblo de Altos Aires, tal vez demasiado… Tan tranquilo que hasta parecería que el viento se detuvo. ¡Un momento! ¡El viento sí se detuvo! ¡Qué problema! Porque los habitantes de Altos Aires, en armonía con la naturaleza, sacaban su energía gracias a la tecnología eólica. ¿Y ahora? Ahora deberás ayudarlos a crear un sistema de engranajes desde el fondo de la tierra (en donde mágicamente aparecen ruedas dentadas en movimiento), y así solucionar el problema. Tu misión es conectar la corona con el molino, utilizando solo las ruedas proporcionadas por el juego. En el camino te encontrarás con obstáculos, cuevas oscuras a iluminar, forjas de metal, etc. Un excelente juego ecológicamente correcto.
Feed Us 3: ¡Pirañas! Esos enemigos de la humanidad que ya han pasado de moda, alimañas malvadas de cuando el mundo era más grande y desconocido, peces ideales para hacer películas en 3D. James Cameron sabía lo letales de estos animales (y más si evolucionan alas), y ahora lo sabrás tú. Feed Us 3 es similar en todos los aspectos a las versiones anteriores, el planteo no ha cambiado: eres una piraña que debe comer gente, pero corrige algunos de los problemas que las plagaba. El control es un tanto mejor y ahora, para agregar variedad, hay objetivos por nivel (devora X cantidad de humanos, destruye Z cantidad de barcos, encuentra Y cantidad de tesoros y así). El juego sigue estando bastante roto, pero es bastante divertido. El nom nom que las pirañas hacen al comer humanos es música para mis oidos.
Silent Company: Debo confesar que los juegos de francotiradores no son mis preferidos. Eso de ser sigiloso y ahorrar disparos va en contra de mis impulsos por vaciar los cargadores contra todo lo que se mueva. Sin embargo, Silent Company logró captar mi atención por su interesante y particular planteo. Hay dos cámaras: una lateral, en la que se puede ver la acción claramente, y otra desde la mira telescópica, típica de esta clase de juegos. Las misiones no son de eliminación, sino de cobertura. Pues resulta que tu eres apenas un miembro de todo un equipo de profesionales, agentes que cumplen todo tipo de misiones y que cuentan contigo para protegerlos de todo mal. Por ejemplo, en una misión deberás romper todas las luces para franquear la entrada a un edificio del que un agente debe recolectar información sensible. Por desgracia, el inepto activa la alarma y deberás matar unos cuantos malosos que quieren despacharlo. Una variante que hace de este género algo mucho más atrapante y envolvente.
Final Ninja Zero: “Gigantescas corporaciones batallan por los mercados a través del planeta. Controlan todo y a todos. En la vanguardia hay guerreros como Takeshi, un joven ninja recién graduado de la academia de combate. Hoy es su primer misión, poco sabe Takeshi que hoy comienza la historia de un ninja legendario… el ninja final.” Una premisa épica, para un juego que está a la altura de las circunstancias. Takeshi es capaz de saltar, rebotar en las paredes, lanzar shurikens, usar el gancho ninja para trepar y hasta de esconderse en las sombras para ser indetectable. Así, y con todos esos movimientos, tu misión será infiltrarte en un edificio de altísima seguridad, custodiado por todo tipo de peligros y enemigos. Una misión digna del ninja final, sin dudas.