Jugar reduce el stress y mejora la actividad sexual. Además es divertido y evita que hagamos otras cosas, a las que les tenemos menos ganas. Y para evadirse un ratito del mundo, nada mejor que esta columna llena de genialidades interactivas: un luchador en busca de papel, un anti-tetris y un juego que tiene más acción que una prima segunda mía que vive en el campo y que es muy aguerrida. ¡A jugar!
Papel: Eres un luchador de lucha libre, conocido por tus poderosos músculos del cuello y por tu apodo bien masculino: El Macho. Pero nada te había preparado para lo que sucedió ese día. Fuiste al baño, hiciste caca y… ¡no había papel! Las “luchas” comienzan en breve y debes encontrarle la salida al problema, ¡no se puede luchar con la cola sucia, hombre! Y así será como El Macho estirará su cuello y recorrerá todas las tuberías del lugar, buscando el tan ansiado papel. Con el cuello deberás abrirte camino por los niveles, cogiendo todas las estrellas, sin quedarte nunca trabado y abriendo todas las puertas de color. ¡Cuidado que los cactus duelen mucho y te hacen regresar al cuello al lugar original!
Zombie Pickup Survival: El mundo ha sido conquistado por muertos vivos que, como siempre, no solo quieren un poco de nuestra carne rica y sanguinolenta, ¡la quieren toda! Y no solo la nuestra, sino la de los humanos que, atrapados en sus coches, necesitan que alguien los rescate. En Zombie Pickup Survival tú serás ese alguien, y deberás conducir tu coche por entre medio de las ruinas de la civilización, también esquivando zombies, rescatando a los sobrevivientes y llevándolos de nuevo a un lugar seguro. ¡Todo sin quedarte sin vidas! Los controles podrían ser mejores, pero al ser tan duritos le agregan un poco de tensión al resultado final.
Dungeon Blocks: ¡Tetris a la inversa! Aquí no debes llenar los espacios, sino más bien dejarlos libres para que sean poblados por las criaturas de tu calabozo. Un creería que como es muy fácil perder en Tetris, también es fácil andar dejando espacio vacios por el tablero. Pero cuando esos espacios tienen que ser de una forma particular para alojar a una criatura en particular, las cosa se complica y se pone más interesante. Cada nivel del calabozo tiene una cantidad y diferentes variedades de monstruos objetivos que albergar, y una cantidad limitada de tetraminos para hacerlo. Lo dicho, Dungeon Blocks es un anti-Tetris muy interesante.
Space Cropper: Seguro que recuerdas esos juegos eróticos de las recreativas, en los que tenías que “descubrir” cierto porcentaje de la pantalla, sin que te atraparan los malos. Si lo lograbas, eras recompensado por la imagen de una chica oriental levemente desnuda. De estos juegos hay muchos, y Space Cropper es uno de estos (lástima que no tenga chicas desnudas). Aquí deberás conquistar el 80% de la pantalla, trazando lineas y rellenando los espacio que se generan para pasar de nivel. Todo eso sin que te atrapen los enemigos, sea tocándote cuando estás trazando linea o enviándote misiles que bien pueden ser tu ruina. Si los enemigos se quedan atrapados en la nueva zona que se genera al trazar la línea son destruidos, y tú tienes tu venganza por tantos inconvenientes. La ambientación de ciencia ficción le agrega puntos.
Robokill 2: Este juego tiene todas las fichas para ser el preferido de la semana. Es super prolijo, muy acabado y presenta una jugabilidad de esas que da placer controlar. Los niveles están pensados como verdaderos calabozos, repletos de enemigos que apachurrar con nuestros poderosas (y personalizables) armas. Porque eso es Robotkill 2, un sofisticado shooter, pero a la vez un “dungeon crawler” por derecho propio. Los componentes de RPG son muchos y obvios, y van desde la personalización total del equipamiento, hasta la suba de niveles juntada la suficiente experiecia. Las vidas son infinitas, pero Robokill 2 intenta penalizar la muerte quitándote una suma de dinero y repoblando de criaturas algunas salas que ya habías vaciado. Muy muy muy buen juego. De esos que si no fueran gratis, y fueran baratos, posiblemente terminarías comprando para pasar unas cuantas horas de super acción.
¡A jugar!