Mucho antes de que en occidente comenzáramos a contar los años, en oriente los grandes maestros de artes marciales pasaban días y noches perfeccionando su arte. Capaces de arreglar el LHC con una mirada amenazante y de desvincular Internet Explorer de Windows sin que explote el universo, estos grandes iluminados (que hace 5.000 años entrenaron a Chuck Norris) tenían un secreto. Un secreto que hoy te revelaremos. Ellos, ellos contaban con el… ¡Dedo ninja!
¿Tú también quieres un dedo ninja? Ninja Globe es la única manera. Camuflado como un juego flash, es en realidad un programa intensivo de entrenamiento que, de superarlo, te dará habilidades táctiles más allá de la comprensión humana. ¡Imagina lo que podrías hacer con un dedo ninja! No habría nadie que no se detuviera cuando, en el medio de la carretera, hagas dedo. Cuando te chupes los dedos, los dedos serían incluso más ricos que la comida. Nadie te podría decir que no tienes dos dedos de frente, porque los ninjas no dan la espalda. Cuando pongas el dedo en la llaga, la llaga se rendiría inmediatamente. Y, cuando te digan eso de “no has movido un dedo”, tú podrías contestar que lo estás moviendo todos, pero a una velocidad imposible para el ojo humano.
Pero no te entusiasmes, la cosa no es tan simple como parece. Para poder realizar todas esas proezas, y muchas más, deberás superar los 21 minijuegos de Ninja Globe, lo más rápido posible, sin pestañear, sin siquiera saber del todo qué debes hacer, o cómo hacerlo. Pero, como me dijo el Sensei Yoko Ono, aquella vez que estuve entrenando en Vietnam para ser el mejor pizzero de Italia, “ponle mozzarella de perro, nadie se dará cuenta, pequeño saltamontes.” Y así lo hice, y si bien no gané el premio de mejor pizzero, sí los dejé a todos tan descompuestos que, como ninja, puede robar el trofeo y escaparme con sigilo por la salida de emergencias.
Puedes jugar Ninja Globe con un clic en el enlace (debe ser un clic ninja). Terminado el juego, compara tu puntaje con los de otros dedos ninjas alrededor del mundo. Completado el entrenamiento, ten cuidado, mucho cuidado… nunca más te debes meter el dedo en la nariz. Se sabe que los mocos, en su anterior reencarnación, fueron temerarios bucaneros, con fama de despiadados y un gusto desproporcionado por el grog (y ya sabes cómo terminan esas reuniones).