No hay muchos juegos con monstruos ancestrales capaces de devastar civilizaciones enteras a base de mocos y gases corporales, pero Gobtron es uno de ellos. Gobtron es una cruza entre Boogerman, el juego de 16 bits, y los Mitos Cthulhu bajo la influencia del LSD. Adictivo y divertido, un juego que debes jugar, no importa qué género sea tu preferido.
La escena de juegos independientes y de juegos online siempre sorprende. Alejada como está de las super producciones de las grandes empresas, el desarrollo independiente no tiene ninguna otra presión que hacer un juego divertido que queramos jugar. Mientras más personas lo jueguen, más dinero recaudan gracias a las publicidades y a los sponsors. Los desarrolladores saben esto y no escatiman creatividad a la hora de entregarnos sus juegos. Gobtron es una de esas maravillas y, la verdad, mola mucho.
No se puede decir que Gobtron tenga una historia muy desarrollada. En el juego somos una entidad ancestral llamada Gobtron. Gobtron, como a todas las entidades ancestrales, le gusta sembrar caos y destrucción, pero las armas que tiene este simpático monstruo gigante y rosa son bastante peculiares: sus mocos y otros fluidos corporales. Como Boogerman, pero a lo Cthulhu.
El arma básica de Gobtron es un largo moco que le cae de la nariz. Utilizando ese moquito loco debemos succionar a los malvados humanos, que no nos dejan tranquilos. La física del moco es excepcional y, aunque suene absurdo, realmente se siente como un moco. Otras armas, que vamos ganando a medida que acumulamos ADN, incluyen: el “moco cañón”, un soplido de nariz que tira mocos letales; una “burbuja de saliva defensiva”, que flota entre Gobtron y los atacantes, parando los proyectiles; y, por supuesto, el “eructo del fin de los tiempos”, que despacha una buena cantidad de enemigos en pantalla. La habilidad final de Gobtron, que solo se gana terminando el juego, es un devastador flato cuyo olor queda flotando en el ambiente por un buen rato. Cada una de estas armas, salvo por el “pedo ponzoñoso”, pueden ser mejoradas con ADN, a medida que pasamos los niveles.
Hablando de niveles, cada uno es una era de la humanidad. Comenzamos en la Prehistoria, para pasar por el Antiguo Egipto, el Medioevo, la Modernidad y el Futuro, uno lleno de terminators y otras cosas robóticas. El final es un nivel épico, que se sucede después del futuro, y guarda relación a un evento que vemos en todos los niveles y que, al comienzo, resulta bastante extraño.
Como siempre, este tipo de juegos te deja unos cuantos niveles de entrenamiento antes de pasar a la verdadera acción. Las dos primeras eras son bastante simples, pero llegando al Medioevo las personitas comienzan a usar trebuchets, y de ahí en más las cosas sí se ponen feas. Así que ten paciencia, porque Gobtron es una delicia. ¿Interesado? Juega Gobtron en JuegosFan.