Don’t Look Back es un homenaje a los juegos de antaño que demuestra que, incluso con gráficos de Atari 2600, se pueden lograr juegos con una sólida narrativa y una entretenida jugabilidad. Eso sin mencionar la poética que destila este juego, porque Don’t Look Back es un descenso hacia los infiernos que, píxel a píxel, cuenta una historia implícita, que queda a discreción del jugador comprenderla.
Don’t Look Back es un genial experimento de narrativa interactiva, que no se apoya sobre los carriles convencionales, sino a través de un subtexto muy codificado que transcurre por debajo de la acción. Pero es mucho más que eso: es la prueba manifiesta de lo que hubiese sucedido si los gráficos se hubiesen estancado en la calidad de Atari 2600 pero el diseño de juegos hubiese seguido evolucionando. Es la evidencia de que, a veces, con poco se puede hacer mucho. Y, lo que es más, que a veces es mejor hacer mucho con poco, que poco con mucho.
Explicar Don’t Look Back es muy difícil, porque va más allá del juego de plataformas que se nos presenta. Pero eso es lo que es en una primera mirada: un juego de plataformas, con gráficos de Atari 2600, y un muy buen diseño de niveles (que nos hace acordar al viejo y querido Pitfall). Y aunque sea eso, y como ya dijimos, es mucho más.
Pero eso lo descubrirán aquellos que desciendan al infierno junto con el protagonista, en rescate de un amor perdido y llorado en demasía. Don’t Look Back es poético y, sin ser obvio, nos deja un valioso mensaje final. Puede parecer poca cosa en la superficie, pero es todo un acierto narrativo, que no utiliza más que unos pocos píxeles como recurso. Puedes jugar Don’t Look Back en JuegosFan o descargar la versión offline desde el sitio del realizador. Eso sí, recuerda… ¡NO MIRES HACIA ATRÁS!
