Las primas crecen y las piezas del juego Operación son tragadas por el Triángulo de las Bermudas. Pero no todo está perdido, jugar al doctor todavía es posible y, lo mejor de todo, divertido. Amateur Surgeon en un juego al estilo Trauma Center, pero desarrollado por los desquiciados de Adult Swim. Baste decir que, en Amateur Surgeon, operas con utensilios de cocina y motosierras. Nada que el Dr. House no haría.
Alan Probe, tal es el nombre del personaje principal del juego, es un repartidor de pizzas frustrado. Alan nunca quiso ir casa por casa repartiendo grandes de mozzarella, su sueño siempre fue abrir gente al medio, quemándolas con un encendedor. Como su test de aptitud no le dio para asesino serial, Probe decidió ser cirujano. Tanta pasión volcó en su sueño que, una mala noche, y por estar leyendo una revista de medicina mientras conducía, Alan volcó sobre un vagabundo. Pero ese vagabundo no era ni muy vaga, ni demasiado bundo, sino un genio de la medicina y cirugía “casera”. Su nombre es Dr. Ignacious Bleed y, desde el primer minuto de juego, será quien nos enseñe a nosotros (y a Alan) a operar a lo McGyver.
Poco a poco, la voz corre por la ciudad y todo tipo de seres nocturnos acuden con sus aflicciones a la clínica de Probe, cada paciente más tonto que el otro. Ejemplos sobran: Cletus sufre de graves heridas internas luego de haberse puesto romántico con un erizo (cosa que al erizo no le gustó mucho). Trent, un ladroncillo de cuarta, se “cayó” sobre unas balas, saliendo del banco. Junk se comió un imán y ahora tiene el cuerpo lleno de metal. Y esos son solo algunos de los casos que Probe (o sea tú) deberá atender.
Al igual que Trauma Center, en Amateur Surgeon deberás utilizar las herramientas indicadas, en las situaciones indicadas. El cortador de pizza hace de escalpelo y, con las pinzas, sacas cualquier elemento que se haya metido en el cuerpo de los pacientes. El encendedor cauteriza las heridas y la pintura sirve de desinfectante. La estampadora cierra los cortes y la aspiradora saca los excesos de líquidos en el cuerpo. La motosierra (sí, motosierra) sirve para cortar miembros o huesos y la batería revive el corazón del paciente (o mata cualquier alimaña que se le haya metido), entre otras cosas.
El estado del enfermo se sigue gracias a un monitor cardíaco en la parte superior izquierda de la pantalla. Poco a poco, y como sucede en las películas, la frecuencia cardíaca del enfermo disminuye y cualquier error hace que ese número descienda alarmantemente. Si la frecuencia cardíaca llega a cero, el paciente muere. Si el tiempo se acaba, el paciente muere. Amateur Surgeon es todo un desafío, y uno en donde se sufre mucho.
El constante PIP PIP PIP del monitor, los gritos de dolor de los pacientes cuando le erramos y eso de obligarnos a mantener el pulso firme en los cortes, mientras el tiempo se acaba, son algunos de los factores que nos mantienen pegados a la pantalla. Pero, por suerte, no es ese sufrimiento feo (como cuando te duele la muela), sino ese sufrimiento lindo, como cuando vemos una de terror y la chica baja al sótano y sabemos que, en cualquier momento, algo le va a saltar encima (probamente un gato).
En resumen, si eras fanático de George Cloney cuando estaba en ER, si no te pierdes ningún capítulo de Grey’s Anatomy y si crees que House es Dios, es hora de que te pongas a jugar Amateur Surgeon que, la verdad, mola mucho. Si la idea te interesa, prueba Dark Cut 3, que no es tan divertido como Amateur Surgeon, pero tiene el mismo planteo. Si tienes una Wii o DS, Trauma Center, entonces, debe ser una cita obligatoria (a mi me puso muy muy nervioso ese maldito juego, casi me produce una úlcera). Ahora, si quieres ser un cirujano hecho y derecho, y realmente quieres un juego digno de House, no te quedará otra que descargar Life & Death y Life & Death 2: The Brain, complejos simuladores de cirugías, desarrollados en 1988 (ver vídeo) Puedes jugar Amateur Surgeon en JuegosFan o descargar la versión para iPhone, desde la App Store (por 4.99 dólares).